En el Morro de Toix, entre los sectores Piratas del Caribe y Candelabros al Sol, se encuentra Erikinia, una corta aunque interesantísima vía de escalada sobre los acantilados marinos de esta pequeña sierra.
Leer másSierra de Toix
La Sierra o Morro de Toix es una pequeña alineación montañosa que separa las bahías de Calpe y Altea, haciendo de frontera natural entre las comarcas de la Marina Alta y la Marina Baja de Alicante. Se trata de la prolongación natural de la Sierra de Bernia hacia el mar Mediterráneo, aunque ambas se encuentran separadas por el barranco de Mascarat.
1. Introducción
La Sierra de Toix es una modesta pero interesante montaña situada en Calpe, en el litoral norte de la provincia de Alicante.
Escalada, submarinismo, avistamiento de aves y parapente son algunas de las actividades que podemos disfrutar en su entorno, aunque desde mi punto de vista el mejor modo de descubrir la Sierra de Toix es desde el mar, ya sea en kayak o paddle surf.
La travesía que une sus dos calas, Racó del Corb y Gasparet, bordea el perímetro de la sierra en su totalidad y permite disfrutar de sus impresionantes alcantarillados, cuevas y si nos damos un chapuzón de sus fondos plagados de vida marina.
2. Escalada en la Sierra de Toix
En lo que a escalada se refiere, sus paredes ofrecen vías para todos los públicos y gustos. Desde sencillas pero estimulantes travesías en la que los friends nos vendrán de maravilla -como la Magical Mystery Tour– hasta intimidantes vías de escalada deportiva del más alto nivel como las que encontramos en los sectores Candelabros del Sol y Piratas del Caribe. En todas ellas, el mar, bajo nuestros pies o como telón de fondo, es co-protagonista.
Cuenta con once sectores repartidos en dos zonas claramente diferenciadas. La parte alta donde predomina el grado medio y bajo, y conviven vías deportivas con otras de largos parcialmente equipadas de hasta 150 metros.
Y los acantilados, donde encontramos tres sectores, Piratas del Caribe y Candelabros al Sol con vías deportivas duras y muy duras -entre las que se cuela alguna de largos más asequible- y Racó del Corb, cuyas vías de grado medio tienen un corte más clásico.
Historia de la escalada en la Sierra de Toix
En el número 70 de la revista Desnivel, publicado en el año 92 del pasado siglo, aparece un artículo sobre la Sierra de Toix escrito por el guía de escalada y media montaña José Miguel García Fraile. En él, advertía sobre la gran afluencia de escaladores del centro y norte de Europa que empezaban a llegar no solo a la Sierra de Toix, también otras zonas de Alicante, Valencia y Málaga, cuyas paredes, clima, ubicación y vistas las estaban convertido en lugares de peregrinaje para nuestros vecinos del norte, ávidos de sol y buena roca durante los acogedores inviernos del sureste peninsular.
Una avalancha de visitantes que no debe extrañarnos si tenemos en cuenta que, más allá del Espolón Limabán, abierto en 1977 por M. Díez, J. Motos y Carlos Tudela -tristemente desaparecido en la cresta de Bardamina-, la mayoría de las primeras vías de esta escuela escalada fueron equipadas por escaladores suizos, alemanes e ingleses.
Pero volviendo al artículo, el autor -con quien he trabajado y compartido cuerda- además de tratar de poner en valor la zona para los escaladores locales, ponía el foco en la importancia de que seamos los de aquí quienes llevemos las riendas de la equipación y estilo de la zona, y en involucrar a administraciones en la subvención y mantenimiento de los sectores.
El artículo terminaba diciendo «[…] escalar en Toix y Mascarat se caracteriza por la tranquilidad y la belleza del entorno […]«. 30 años después, las cosas han cambiado mucho y la parte alta es probablemente la zona más popular de la Costa Blanca en lo que a la práctica de la escalada se refiere. La acumulación de visitantes, tanto extranjeros como nacionales, es la tónica habitual e incluso es fácil coincidir con empresas y guías impartiendo cursos de escalada en el concurrido sector Oeste.
Esta acumulación de visitantes genera problemas ambientales en forma de residuos, roca pulida y parkings saturados, y exige, en algunos sectores en los que encontramos una combinación de vías de varios largos y deportivas, extremar la precaución por la posible caída de piedras.
No obstante, si nos salimos de los sectores más trillados aún es posible encontrar paredes en las que escalar en soledad con el mar bajo los pies. Además, la Sierra de Toix aún tiene potencial para nuevas y estimulantes vías de escalada. Prueba de ello es la magnífica Erikindia abierta en mayo de 2021 por Omar Samper y el también desaparecido Vicente Monerris.