La Vía Ferrata de Montejaque es la joya de la corona de la Serranía de Ronda. Con un par de desplomes técnicos, una impresionante tirolina y un recorrido bien equipado, ofrece una experiencia intensa aunque algo corta. Eso sí, se puede combinar con otras ferratas de la zona. En mi caso ha sido un final perfecto para mi viaje por Andalucía occidental.
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Actividad mixta que combina la escalada de la vía ferrata del Ponoig con la ascensión a su pico. La ruta de bajada por el Passet del Cigarret permite volver al inicio haciendo una bonita circular y evitando los rápeles.
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Vía ferrata con dos tramos, uno familiar de dificultad k3 y otro deportivo mucho más largo y exigente de k5. La primera parte es a pesar de lo que cabría pensar, interesante y entretenida. La combinación con el tramo deportivo es una actividad muy exigente apta únicamente para personas con gran experiencia.
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Ferrata entretenida, variada y aérea que está ingeniosamente equipada sacando el máximo partido a las posibilidades que ofrece la pared. La única pega es que se termina enseguida y se queda corta.
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La ferrata del Ponoig, situada en la Marina Baja de Alicante, es una ferrata vertical, aérea y con pasos atléticos, catalogada con una dificultad de K4.
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Ruta de senderismo circular con inicio y fin en el collado del Portell. Pasa por la cumbre del Despeñador, cruza la crestería del Fraile, llega al Pantanet y vuelve, pasando por la Ermita de la Purísima y Xorret de Catí, al punto de inicio.
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