Sencilla y entretenida ruta circular en la que recorremos el CAU, el yacimiento arqueológico del Castellar de la Morera, el pantalán flotante del Pantano de Elche y su presa.
Al igual que la Ruta del agua de Sella o los barrancos de Silim y la Mascuna, se trata de una ruta que hago con compañeros de trabajo y amigos después de la jornada laboral. Sin embargo, en esta ocasión un matiz la hace ligeramente diferente. Y es que Félix deja la empresa en dos semanas para emprender un nuevo rumbo profesional (*). Así que también es una actividad a modo de despedida.
El equipo lo formamos Isabella, Cris y yo por una parte, e Itzi y Félix -que van a recoger a Joao y Alberto, lo que motiva que empiecen algo más tarde- por otra.
Nos dirigimos a la pedanía de Ferriol y tras recorrer 1,2 kilómetros por la carretera de la Cantera de Santa María aparcamos en una explanada a escasos 500 metros del CAU. El lugar exacto es este.
Los primeros en llegar decidimos subir al CAU y conocer el lugar mientras esperamos al resto.
Tomamos una pista de tierra dirección noroeste que hasta el CAU coincide con el PR-CV 450 y que por tanto se encuentra señalizada con marcas amarillas y blancas típicas de estos senderos balizados.
CAU, un museo al aire libre en la Sierra de Tabaià
El camino es corto y sencillo, así que no tardamos en llegar al CAU, un pintoresco rincón salpicado de esculturas labradas en roca situado en la sierra del Tabaià.
Este lugar era una antigua cantera de piedra arenisca donde Mariano Ros y en menor medida Cándido y el Tío Pere (José Pérez Alcaraz), esculpieron sobre la roca motivos relacionados con la montaña, la paz, la concordia y sobre todo, Elche. Tiene entre otras muchas esculturas su propia versión de La Dama de Elche.
De esta y otras canteras situadas en las sierras del norte del municipio, procede la piedra con la que se construyó la iglesia de Santa María, el monumento más emblemático de la ciudad. También de aquí salieron las piedras que construyeron la ciudad de la Alcudia y posteriormente Ilici, ambas muy importantes en sus respectivos mundos, el íbero y el romano.
Recorremos la zona con tranquilidad hasta que llegan el resto de participantes. Cuando lo hacen, damos otra vuelta con el equipo al completo y continuamos la ruta por una pista que recorre el Racó de la Morera.
Caminamos con tranquilidad, hablando y acompañados por la agradable luz de la tarde hasta llegar al acueducto del Vinalopó, junto a la falda del Alto de Castellar. Aunque la idea inicial era rodearlo, Alberto que conoce la zona, propone subir y bajar al embalse por la vertiente opuesta, así que eso hacemos.
Alto de Castellar y yacimiento arqueológico del Castellar de la Morera
El Alto de Castellar es un cerro aislado de forma cónica situado en la margen izquierda del Vinalopó. La ascensión, aunque algo exigente, es corta y casi sin darnos cuenta estamos en su punto más elevado. Aquí encontramos los vestigios de un antiguo poblado amurallado que se remonta a la época islámica. Se trata del yacimiento arqueológico Castellar de la Morera, declarado Bien de Interés Cultural en 1985.
Este sitio, ya frecuentado en época prehistórica, lo eligió la población andalusí de los siglos X y XI como lugar de hábitat por su carácter estratégico. Y es que desde aquí, tenían el control de la vía de comunicación natural entre la costa y el interior a través del Valle del Vinalopó. Además, era una zona de gran riqueza paisajística y medioambiental salpicada de asentamientos humanos.
Con el sol poniéndose en el horizonte dejamos atrás el yacimiento y continuamos la ruta en dirección a la presa. En cuanto abandonamos la planicie y enfrentamos la bajada, el pantano se hace visible en un estrechamiento del Vinalopó entre la loma que estamos desciendo y las sierras del otro lado del río.
Pantano de Elche. Pantalán flotante y presa
El sol ya se ha puesto cuando, después de recorrer el pantalán flotante, compuesto por 8 módulos de 10 metros de largo por 2,5 de ancho, llegamos a la presa donde hacemos una parada.
Esta presa retiene las aguas del río Vinalopó, sus afluentes y de pequeñas surgencias, muchas de las cuales son salinas.
Su construcción, acordada en 1589 para controlar las avenidas del río y aprovecharlas para su uso en regadíos, se demoró hasta 1632. Fue pionera por ser la primera presa en arco del mundo desde los romanos.
Actualmente se encuentra parcialmente colmatada de sedimentos y alberga un importante humedal con abundante fauna, entre la que destacan las aves acuáticas.
Con las últimas luces del día emprendemos la vuelta rodeando el Alto de Castellar y la Serra de l’Animeta por el sur. Los últimos tres kilómetros, que discurren por pistas asfaltadas, los recorremos en la oscuridad de la noche con ayuda de la luz de los frontales.
Una vez finalizada la ruta nos despedimos y cada uno se va a su casa. La mayoría volveremos a coincidir en la oficina mañana a las 8, pero hoy hemos conseguido romper la rutina semanal y disfrutar, en agradable compañía, de una tarde en contacto con la naturaleza.
(*) Aún no lo sabía, pero un mes después, mientras escribo estás líneas, también yo, he cambiado de empleo.
Galería de fotos
Mapa de la ruta
Resumen de la actividad
Entorno y medio | |
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Bajo Vinalopó | |
Sierras de Elche | |
Cielo despejado. Sin viento | |
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