La Cresta de la Foradà (también llamada Cresta de la Foradada) es ideal para quienes se inician en este tipo de terreno, gracias a su grado amable, algunos seguros fijos, la calidad de la roca, su corta longitud y el bajo compromiso que tiene. A pesar de todo, ofrece pasos aéreos y con ambiente en un entorno magnífico.
Se encuentra en un promontorio de roca de unos 50 metros de alto por 300 de longitud, situado en el Paisaje Protegido Serra del Maigmó y Serra del Sit. Orientada de este a oeste, cuenta con una conocida escuela de escalada deportiva en sus vertientes norte y sur, además de la propia cresta por el filo, de la que voy a hablar en este artículo.
La escuela de escalada tiene unas 150 vías repartidas entre sus dos vertientes, la norte y la sur. Ambas son muy diferentes, no sólo por las horas de insolación sino también por el tipo de roca que presentan. La imponente cara norte, es un gran desplome anaranjado sembrado de vías atléticas de gran dificultad, de entre 6a y 8b. Debido a su orientación y a la altitud a la que se encuentra (900 metros sobre el nivel del mar), es perfecta para escalar en los cálidos meses de verano. La cara sur, de color gris alberga vías de placa ligeramente tumbada de dificultad moderada desde IV hasta 7a+ y al estar soleada desde primeras horas de la mañana es ideal para escalar en invierno.
Como la cresta discurre por encima de la escuela, es importante tener cuidado con la posible caída de piedras si hay cordadas escalando debajo.
A continuación, reseño su escalada en dos ocasiones, separadas por más de 10 años, aunque entre ambas la he escalado, que yo recuerde, al menos otra vez. Sin embargo, solo en la última la recorrí completa; en las otras ocasiones, comencé evitando el primer tramo por una entrada en la vertiente sur, aunque lo más interesante es precisamente esa primera parte.
Vamos al lío.
Contenido:
Ascensión completa a la Cresta de la Foradà desde El Palomaret
16 de mayo de 2024
Hoy es jueves y aprovechando que los días alargan, me vengo después de currar para escalar la Cresta de la Foradà con Javi, Óscar y Andrés.
No solo vamos a realizar la escalada íntegra de la cresta, también aproximamos desde El Palomaret en lugar de hacerlo por Xorret de Catí que es lo habitual. Además, la cordada formada por Javi y Óscar improvisa dos pasos más difíciles y expuestos fuera de la cresta, mientras que Andrés y yo solo escalamos uno de ellos. En el primero, me opongo por considerarlo demasiado expuesto, aunque Andrés también quiere intentarlo. Todo esto lo hacemos sin pies de gato, usando únicamente nuestras zapatillas de montaña.
Aproximación
Aparcamos junto a la barrera que impide el paso de vehículos en El Palomaret, justo después de pasar la zona de despegue de parapentes.
Comenzamos a caminar por la pista asfaltada que traíamos, dejando a nuestra izquierda la Penya Muntesa, cuya cresta recorrí con Javi hace tres años, después de escalar la vía Grito de Piedra.
Tras recorrer algo más de 900 metros, en el segundo desvío a mano derecha, abandonamos la pista y tomamos una senda que primero cruza un par de collados, luego pasa por una cota y poco después tiene un contrafuerte por el que debemos destrepar.
La senda muere en otra que tomamos a mano derecha que nos lleva hasta un collado con buenas vistas al Maigmó. 700 metros después llegamos al inicio de la cresta que se encuentra pegada al camino.
Cresta Foradada. La escalada
De la cordada formada por Óscar y Javi, es este último quien comienza escalando como primero de cuerda. De la otra, yo.
Vamos a escalar tres tiradas de cuerda a largos, un tramo en ensamble, otro largo más, y la última parte la haremos sin cuerda.
Los primeros metros de la cresta, que nunca antes había escalado y que no suelen hacerse, me resultan los más delicados y también los más interesantes.
Comenzamos con una pequeña travesía a la izquierda por una vira para encarar una canal en terreno más sencillo hasta salir a una terraza. Este largo cuenta con un par de seguros: una argolla al inicio y un cintajo en una pequeña sabina.
Cuando llego a la terraza, veo a Javi escalando un desplome que impone y por el que estoy convencido de que no va la vía original. Busco una alternativa a izquierda y derecha y, efectivamente, la vía original continúa por un estrechamiento a la derecha.
Disuado a Andrés de seguir a Javi y Óscar y continuamos por la vía original.
Flanqueamos un espolón y nos internamos caminando por una amplia canal que poco a poco se va cerrando hasta que, a la altura de una carrasca, las paredes nos rodean. Una argolla a la derecha del árbol indica la continuidad de la vía. Escalamos el paso para seguir por un contrafuerte. Luego, por terreno más sencillo, subimos a la parte superior de la cresta que tenemos a nuestra izquierda. Este rodeo nos permite evitar el paso desplomado que Javi y Óscar han acometido.
A partir de este punto, continuamos por terreno conocido que ya he recorrido en anteriores ocasiones.
No tardamos en llegar a un destrepe sencillo, que también se puede rapelar, y poco después al último tramo escalable de la cresta en el que hay una serie de parabolts de los Carrozas Climbing, un grupo de escaladores del que hace años formé parte.
Sin embargo, ignoramos los parabolts y escalamos un pequeño techo a la izquierda de los seguros, algo más expuesto y difícil, pero también, mucho más interesante.
A partir de aquí el terreno se hace más fácil y progresamos caminando y sin asegurar.
Lo único reseñable que nos queda son dos rápeles de 8 y 12 metros, respectivamente, separados por otro tramo a pie, que nos dejan en la base de la cresta por su vertiente sur.
Aquí hacemos una parada para cenar disfrutando de una bonita puesta de sol.
Tal como ocurrió la primera vez que la hice, terminamos internándonos por un agujero que, tras algunos destrepes, nos conduce al final de la cresta en la vertiente oeste.
Tomamos un camino que rodea La Foradà por el sur hasta incorporarnos al sendero por el que vinimos, y ya de noche, regresamos al coche.
Galería de fotos
Agradecimientos
Quiero agradecer a Javi y Óscar, por compartir sus fotos después de que yo perdiera las mías. Sin su colaboración, no habría podido ilustrar este artículo como se merece.
La Cresta de la Foradà desde Xorret de Catí
Febrero, 2014
Fue una mañana de principios de año cuando dando un paseo por aquí junto con mi amigo Lidón nos encontramos con Isidoro quien nos dijo que iba a hacer la cresta, y claro, en seguida me pico el gusanillo. Como últimamente no tengo mucho tiempo y esta actividad no es muy larga me pareció adecuada para una corta escapada de domingo por la mañana.
El equipo lo formábamos Alberto, Juan y yo mismo. Alberto, que es un gran entusiasta de la naturaleza y el senderismo, apenas ha escalado. Juan (mi compañero de TCAF) tiene más tablas que Alberto aunque tampoco es especialista en escalada, eso si, tiene arrojo y además como barranquista y espeleólogo tiene todo tipo de recursos que te pueden sacar de prácticamente cualquier marrón.
Acceso
Nosotros llegamos a Xorret de Catí desde Castalla, aunque también se accede desde Elda o Petrer. En el aparcamiento que hay junto al hotel dejamos el coche. Me consta que hay gente que mete el coche hasta muy cerca de las paredes, pero creo que recientemente han prohibido el tránsito de vehículos no autorizados. En todo caso a nosotros tampoco nos importan andar, al contrario.
Cuando llegamos la temperatura era baja y además hacía viento así que nos abrigamos, preparamos el material rápidamente y nos pusimos en marcha.
Desde el parking bajan unas escaleras de madera en dirección Suroeste que pasan junto a un pequeño rocódromo. Desde aquí continúa un camino que cruza la carretera para tomar una pista de tierra que después de algo más de un kilómetro nos deja en la era de la Ermita de Catí. Aquí cogemos otra pista que sale a mano izquierda y que nos deja en un collado desde donde es visible la cresta. Proseguimos por una senda que sin pérdida se dirige al extremo este de la Foradà.
La escalada
Para personas con cierta experiencia y seguridad en sí mismas la cresta se puede hacer entera sin cuerda, es muy sencilla. En la reseña de los Carrozas climbing le dan dos pasos de IV y tres de III. En todo caso es aconsejable llevarla sobretodo por alguno de los destrepes que más que complicados pueden impresionar. Nosotros la usamos a ratos, sobretodo por Alberto que no tiene experiencia, y tampoco es cuestión de que nadie lo pase mal. Tampoco los gatos son necesarios. Yo los llevaba y también me los puse a ratos, aunque la mayor parte del tiempo estuve con un pie de gato y una zapatilla de montaña, soy así de raro.
Lo que me pareció más peligroso fue la posible caída de piedras sobre los escaladores que estaban abajo practicando deportiva. Fuimos con mucho tiento para que no cayera ninguna, además Juan les sugirió que se pusieran los cascos, por lo menos mientras pasábamos por encima de sus cabezas. Los más sensatos hicieron caso, hubo otros que no. Curiosamente uno de los grupos que no hizo caso, era una familia con niños, en fin allá cada uno.
La cresta es muy corta y te deja con ganas de más. Creo que una buena opción sería hacerla y luego quedarse en la vías de deportiva, pero como he dicho, nosotros no teníamos tiempo, así que cuando terminamos nos fuimos a casa e Juan en Ibi y nos tomamos un par de cervezas que para eso siempre hay un rato más.
Conclusión
En resumen, la Cresta de la Foradà ofrece una escalada sencilla y variada, ideal para quienes se inician o disponen de poco tiempo. Aunque suele abordarse desde Xorret de Catí, la aproximación desde El Palomaret es una excelente alternativa, permitiendo disfrutar de un entorno más tranquilo y cercano a Alicante. Sin duda, una experiencia que deja un muy buen sabor de boca, tanto por la actividad como por el entorno en el que se encuentra.
Galería de fotos
Mapa de la ruta
Resumen de la actividad
Entorno y medio | |
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El Vinalopó Mitja | |
Paisaje Protegido Serra del Maigmó y Serra del Sit | |
Cielos despejado | |
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