La Sierra de Béjar o de Candelario, enmarcada en la de Gredos, se encuentra en el sector occidental del Sistema Central. Con cotas superiores a los 2.400 metros y gran variedad de paisajes, esta Reserva de la Biosfera ofrece al excursionista multitud de posibilidades senderistas entre castaños, robles, fresnos, abedules, pinares, un valioso sotobosque así como numerosas cuencas fluviales.
Aprovechando un pequeño viaje al centro oeste peninsular en el que he visitado los Parques Nacionales de Cabañeros -rutas del Boquerón del Estena y Rocigalgo– y Monfragüe, me desplazo a la Sierra de Béjar, más concretamente a Candelario, donde se encuentran mi hermana, mi madre y Juan, un amigo de la familia en cuya casa nos alojamos.
Junto a ellos y de la mano de Juan, gran conocedor de la zona, visitamos pueblos (Béjar, Hervás o el propio Candelario), probamos la gastronomía local y hacemos un par de rutas senderistas.
Se trata de excursiones sencillas y con escaso desnivel -una de las participantes, mi madre, roza los 80 años- en un entorno de monte Mediterráneo con zonas de clara influencia atlántica.
Yo además, un día antes de volver a casa, trato de subir el Canchal de la Ceja (punto más elevado de Salamanca) y el Calvitero (montaña más alta de Cáceres), pero una espesa niebla acompañada de lluvia y vientos huracanados me hacen desistir al llegar al cordal de la sierra.
Ruta circular entorno al Cancho de Muela y vuelta a Candelario
Esta primera excursión son en realidad dos. Por una parte hacemos una circular por la falda de los riscos Cancho de la Muela y Cruz de Jeromo a cuyas cumbres sin embargo no nos acercamos. Por otra, Juan y yo decidimos bajar desde la cabecera del embalse de Navamuño hasta Candelario a pie.
La primera parte discurre íntegramente por pistas forestales mientras que la segunda lo hace por una combinación de sendas, pistas y asfalto.
Comenzamos la ruta en el aparcamiento del collado de La Garganta, en cota 1.310 metros y a medio camino de la carretera Candelario – La Garganta, en territorio extremeño.
Combinando tres pistas, dos de las cuales discurren prácticamente en paralelo por la falda de la montaña, hacemos una bonita circular en la que solo nos cruzamos con un grupo de cazadores estratégicamente apostados a lo largo de un pequeño valle.
Durante la subida caminamos bajo una espesa pinada, mientras que de bajada el bosque da paso al monte bajo permitiendo disfrutar de las vistas del Valle del Ambroz -vestido de colores otoñales-, las Sierras de Gata y Francia, Peña Negra -omnipresente durante toda la ruta- y el embalse de Navamuño. En las vaguadas, donde abunda el agua, aparecen pequeños bosquetes de abedul, fresno y aliso.
La segunda parte la comenzamos en la cabecera del embalse de Navamuño. Caminamos por senda bajo castañares y robledales, y poco después por un espeso bosque de ribera junto al río Cuerpo de Hombre.
Me llaman la atención el entorno de Puente Nueva, magnificamente conservado, así como algunos caminos delimitados por pequeños muretes de piedra cubiertos de musgo.
Ya en Candelario nos dirigimos al Casino Obrero en cuya terraza disfrutamos del aperitivo. Luego comemos en el Mesón La Candela ubicado en la pintoresca Cuesta de La Romana, entre la iglesia y el ayuntamiento. Por último dedicamos la tarde a pasear por las calles de Béjar.
Mapa de la ruta
Ruta circular Candelario – Garganta del Oso
Entre las rutas senderistas que es posible realizar desde Candelario, la de la Garganta del Oso -pequeño desfiladero horadado por el curso del arroyo del Oso, justo antes de recibir las aguas del arroyo del Águila- es de las más populares.
Nosotros la recorremos dando un rodeo, primero por el camino de Montemario, para en las proximidades de Béjar, a la altura de la Fuente de los Pinos, desviarnos hasta alcanzar la carretera de Candelario – Navacarros.
Tomamos la carretera a la izquierda pero de inmediato la abandonamos para coger una pista que surge a la derecha y que desde su inicio va en ascenso.
Siguiendo la pista llegamos hasta un puente de nueva construcción que salva el curso del río Barquillo, afluente del Cuerpo de Hombre. Lo cruzamos y tomamos una vereda a mano izquierda que discurre junto a la orilla del arroyo y se interna por la Garganta del Oso.
Este es un paraje singular donde el cauce del río Barquillo, que surge de la unión de los arroyos del Águila y del Oso, ha ido tallando las rocas graníticas formando pequeñas cascadas y pozas.
Desandamos el camino hasta el puente y continuamos por la pista que traíamos. Tras un par de revueltas ascendentes la abandonamos por una senda que sale a mano derecha y que en fuerte bajada nos conduce de vuelta a Candelario, antes, eso sí, recorremos algunas sendas y cruzamos un bonito arroyo.
Tanto el inicio como el final discurren por caminos -que al igual que en la ruta de ayer están protegidos por muretes de piedra cubiertos de musgo-, que en días otoñales como el de hoy adquieren un aire místico, casi mágico.
Al igual que hicimos ayer, dedicamos la tarde al turismo. Hoy nos acercamos a Hervás, declarado conjunto histórico-artístico, donde además de comer estupendamente, callejeamos por su barrio judío, uno de los mejor conservados de la Red de Juderías de España.
Mapa de la ruta
Con estas dos bonitas rutas senderistas entre prados, pinos, castaños, robles, ríos y arroyos se me han abierto las ganas de conocer en profundidad esta joya de la naturaleza que es la Sierra de Béjar. ¡Volveré!
Galería de fotos
Resumen de la actividad
Entorno y medio | |
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Sistema Central | |
Sierra de Béjar o de Candelario | |
Espacio natural protegido | |
Nubes, claros, viento y calma |