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Caravana de dromedarios cruzando el desierto de Erg Chebbi

Erg Chebbi: Una ruta inolvidable por el Sahara marroquí

Turismo en Marruecos

El desierto de Erg Chebbi, en el sureste de Marruecos, es, gracias a sus impresionantes dunas doradas que pueden alcanzar los 150 metros de altura, uno de los lugares más emblemáticos del Sahara. Hacer una ruta en dromedario con la puesta de sol, dormir en una jaima y volver viendo el amanecer, es una experiencia única que te conecta con la esencia del desierto.

Si bien este no es un blog de viajes, quiero compartir una experiencia que, aunque orientada al turismo, tiene una conexión profunda con la naturaleza y por tanto creo que se merece un espacio aquí: una ruta en dromedario al atardecer, pasando la noche en un campamento bereber y volviendo al amanecer, en el desierto de Erg Chebbi.

El desierto de Erg Chebbi, ubicado frente a la pequeña aldea de Merzouga, es una de las formaciones de dunas más espectaculares del Sahara marroquí. Se extiende unos 30 kilómetros de largo y 5 de ancho, con dunas que pueden alcanzar hasta 150 metros de altura. 

Desierto de Erg Chebbi
Desierto de Erg Chebbi

Conocido por sus paisajes de arena dorada, y sus amaneceres y atardeceres, Erg Chebbi atrae a turistas de todo el mundo, brindando a los bereberes y guías locales una fuente importante de ingresos a través de tours en dromedario, noches en jaimas, rutas en quads y esquí en la arena. Y, aunque entiendo que los bereberes buscan, como hacemos todos, ganarse la vida, no puedo evitar cuestionar estas dos últimas actividades por su impacto ambiental y el daño a esa experiencia cultural auténtica, que nos gusta romantizar desde la comodidad de nuestros sofás occidentales, como si tuviéramos la menor idea de lo que realmente significa.

De Marrakech a Merzouga. Cruzando Marruecos de oeste a este

Pero vamos a la actividad. Estoy de vacaciones en Marruecos con Cris y nuestros hijos, Berta y Pau, y hemos venido a Merzouga para conocer el desierto. 

Sin embargo, nuestro periplo comienza dos días antes en Marrakech, donde pasamos un día y donde pasaremos otro antes de volver a casa. Durante nuestra estancia en la ciudad roja, recorremos su medina, exploramos los zocos repletos de textiles, cerámica, artesanía y especias, y visitamos la emblemática plaza Jamaa el-Fna, junto a la que nos alojamos. 

Desde aquí emprendemos un largo viaje hacia el este. La primera parada es en el Col du Tichka, un paso de montaña en la cadena del Alto Atlas, que se eleva hasta los 2.260 metros sobre el nivel del mar, lo que lo convierte en uno de los pasos más altos de África. Conecta las ciudades de Marrakech y Ouarzazate, ofreciendo vistas panorámicas de áridas montañas y profundos valles surcados de curvas.

Aït Ben Haddou, un escenario de película

El siguiente destino es Aït Ben Haddou, un ksar de adobe rojo que la Unesco declaró Patrimonio de la Humanidad en 1987, y que ha sido escenario de películas tan conocidas como Gladiator, Babel o Lawrence de Arabia, y series como Juego de Tronos. Allí paseamos entre las estrechas calles que conservan el encanto de la época almorávide, subimos a su punto más elevado y disfrutamos de las vistas. De bajada comemos en un restaurante con magníficas vistas a la ciudadela y el río.

Aït Ben Haddou
Aït Ben Haddou

Valle del Dadès 

Continuamos la ruta hacia Aït Ibrirne, una pequeña población con mucho encanto en el Valle del Dadès. Este valle es un área verde y fértil que contrasta con el paisaje árido circundante, y es común referirse a él como un oasis natural, aunque no lo es en el sentido estricto del término. Es curioso, me recuerda mucho a Sierra Nevada.

Valle del Dadès
Valle del Dadès

Aquí vamos a pasar la noche en la kasbah Dar Essyaha, donde nada más llegar nos agasajan con un té con pastas que disfrutamos en una terraza con vistas al valle. Dedicamos la tarde a recorrer el lugar y, poco antes de que se ponga el sol, unos niños se unen a nosotros y, con la simpatía propia de la inocencia, hacen de guías improvisados y nos conducen por el cauce del Dadès hasta una bonita cascada.

A la mañana siguiente madrugamos y continuamos la ruta internándonos por el Valle del Dadès. La primera parada es en los Dedos del Mono, una formación rocosa que se caracteriza por su apariencia que recuerda a la mano extendida de un primate, con columnas de roca que evocan dedos. El lugar merece mucho más que una simple parada, las posibilidades que se ven a simple vista son enormes, y me quedo con ganas de perderme entre éstas formaciones rocosas rodeadas de vegetación. Me gusta mucho.

Los Dedos del Mono
Los Dedos del Mono

Continuamos recorriendo la Garganta del Dadès, hasta llegar a una serie de zigzags pronunciados que serpentean por la montaña, ofreciendo vistas impresionantes y desafiando a los conductores. Cuando las curvas terminan, en lo alto del puerto, hacemos una parada y echamos unas fotos en este icónico lugar.

Garganta del Todra

La siguiente parada es la Garganta del Todra, a la que llegamos después de atravesar varias aldeas bereberes.

La Garganta del Todra es otro impresionante cañón situado en la cordillera del Alto Atlas. Este desfiladero es conocido por sus paredes de roca verticales que alcanzan hasta 160 metros de altura, con un estrecho paso por el que fluye el río Todra. Es, por sus impresionantes paredes verticales, su paisaje y la frescura que ofrece en contraste con el calor del desierto, un destino popular para escaladores y excursionistas.

Garganta del Todra
Garganta del Todra

Recorremos el cañón en su totalidad, y aunque el lugar me gusta, hay una barbaridad de gente, coches y autobuses, lo que le resta interés al lugar.

De visita en un khettara, adaptación bereber al desierto 

Antes de llegar a Merzouga hacemos una última parada en un khettara. Los khettaras son parte de un sistema de riego tradicional utilizado por las comunidades locales para extraer agua subterránea en esta región extremadamente árida. 

Consisten en una serie de pozos conectados por túneles subterráneos que canalizaban el agua hacia las aldeas y los campos. Hoy en día, los pozos están secos debido a la sobreexplotación del agua pero siguen siendo un recordatorio fascinante de la ingeniosa adaptación humana a las duras condiciones del desierto. 

Nos internamos en uno de ellos a 10 metros bajo tierra y lo recorremos acompañados del dueño. Una vez fuera, nos tomamos un té junto a él. Es, por su autenticidad, una de las cosas que más me gustan del viaje.

Khettara
Khettara

Ruta en dromedario por el desierto de Erg Chebbi 

Por fin llegamos a Merzouga, donde comienza la travesía. 

Subir al dromedario no es tarea fácil, y vemos como un chico del grupo de al lado acaba con sus huesos en la arena. No todo es tan bucólico como lo pintan. Una vez que todos estamos más o menos en equilibrio, empieza la ruta.

Nos adentramos lentamente en el mar de arena, acompañados por el suave balanceo del dromedario. Las dunas se extienden hasta donde alcanza la vista. Sin embargo, el silencio casi absoluto se ve interrumpido por el rugido de algunos quads que cruzan las dunas a gran velocidad, restando encanto a la ruta y empañando un momento tan especial.

Ruta en dromedario por el desierto Erg Chebbi
Ruta en dromedario por el desierto Erg Chebbi

A mitad de la ruta, cuando el sol comienza a ponerse, hacemos una parada para disfrutar del atardecer. Desde lo alto de una duna, observamos cómo los colores van cambiando a medida que el sol desciende en el horizonte, transformando el desierto en una paleta de tonos cálidos y dorados.

Cuando el sol ha desaparecido volvemos a los dromedarios para terminar de recorrer lo que nos queda hasta el campamento bereber donde vamos a pasar la noche.

Campamento bereber en el desierto de Erg Chebbi
Campamento bereber en el desierto de Erg Chebbi

Después de la cena, que incluye platos tradicionales como tajine o cuscús, los bereberes organizan una sesión de música en vivo alrededor de la hoguera. Con tambores, cánticos y danzas, crean una atmósfera mágica y nos invitan a unirnos a ellos. 

Según avanza la noche la gente va poco a poco volviendo a sus jaimas. Nosotros antes de hacerlo, subimos a una duna para contemplar el cielo estrellado.

Antes de que amanezca ya estamos de nuevo en marcha sobre los dromedarios. Hacemos una parada para ver salir el sol, aunque el amanecer no es tan hermoso como lo fue ayer el atardecer, debido a que hay mucha bruma.

Amanece en el desierto de Erg Chebbi
Amanece en el desierto de Erg Chebbi

De vuelta en Merzouga desayunamos y poco después emprendemos la vuelta a Marrakech.

Poco a poco dejamos atrás el desierto más auténtico y llegamos al valle del Drâa, una región poblada por extensos palmerales y pueblos tradicionales que se extiende a lo largo del río Drâa, el más largo del país.

Dentro de este valle se encuentra el Ksar Tamnougalt, un antiguo pueblo fortificado construido con adobe. Tamnougalt es uno de los ksar más antiguos y mejor conservados de la región, con casas, mezquitas y una kasbah rodeadas por muros defensivos.

Conclusión

Gracias a este viaje al desierto, no solo hemos descubierto la inmensidad y la belleza del Sahara recorriendo Erg Chebbi en dromedario, también hemos tenido la oportunidad de conocer una pequeña parte de Marruecos. Desde la medina de Marrakech hasta los paisajes del Alto Atlas, pasando por Aït Ben Haddou, el valle del Dadès, la Garganta del Todra, el histórico Ksar Tamnougalt en el valle del Drâa y mucho más. En resumen, hemos descubierto la riqueza cultural y natural de este fascinante país.

Galería de fotos

Mapa de la ruta

Resumen de la actividad

Nivel de esfuerzo Esfuerzo Bajo
Duración de la actividad Duración 3h
Distancia Distancia 9,68 km
Dificultad Dificultad Baja
Tipo de ruta Ruta De ida y vuelta
Entorno y medio
Zona donde se realizó la actividad Centro de Marruecos
Lugar donde se realizó la actividad Merzouga
Tiempo durante la actividad Cielo despejado
Descargar ruta en Wikiloc Ver en Wikiloc

Resumen de la actividad

Nivel de esfuerzo Esfuerzo Bajo
Duración de la actividad Duración 3h
Distancia Distancia 9,68 km
Dificultad Dificultad Baja
Tipo de ruta Ruta De ida y vuelta
Entorno y medio
Zona donde se realizó la actividad Centro de Marruecos
Lugar donde se realizó la actividad Merzouga
Tiempo durante la actividad Cielo despejado
Descargar ruta en Wikiloc Ver en Wikiloc