Cuando leí el WhatsApp de Óscar preguntándome si me iba con él a escalar el Espolón Central del Puig Campana me quedé un poco sorprendido. Pensé que me lo había enviado por error, que en realidad era para otro destinatario, pero no, me lo enviaba a mi. Y me sorprendió porque Óscar es un tío que escala mucho más que yo (se mueve por el séptimo grado) pero además es un gran montañero y aunque he hecho alguna cosa con él, siempre han sido actividades en grupo. En esta ocasión me proponía que hiciéramos cordada mano a mano y la verdad, me sentí muy halagado.
Con 420 metros de longitud y una dificultad máxima de V el Espolón Central es la escalada por excelencia del Puig Campana. Es la vía más repetida del macizo por su moderada dificultad, por el gran ambiente que tiene (sobre todo a partir del cuarto largo) y por ser una de las mejores escaladas que podemos hacer en la Comunidad Valenciana. Yo la conocía pues la he escalado otras dos veces (mi primera escalada en el Espolón Central del Puig Campana; mi segunda escalada) y quizá por eso iba algo relajado. Ese estado de ánimo me pasó factura pues no me sentí tan bien como en anteriores ocasiones y aunque al final resolví correctamente no tuve un buen sabor de boca porque no me sentí 100% centrado en la escalada. Un ligero estado de alerta me suele ayudar a alcanzar ese estado que mi amigo Fermín definió en una ocasión como escalada zen en el que te abstraes del mundo y solo existen la roca y tus movimientos.
Sin embargo el tiempo fue inmejorable. De hecho, de las veces que escalado en el Puig Campana este ha sido, sin dudarlo, el día más bonito que he disfrutado. El cielo estaba totalmente despejado, no había ni viento, ni hacía calor y teníamos un hermoso mar de nubes a nuestros pies.
No voy a entrar en detalles sobre la vía ya que la tengo reseñada en otras dos entradas de las que tenéis los enlaces algo más arriba. Solo algunos comentarios sobre cómo nos fue la jornada.
Óscar tenía muy claro que lo que quería era practicar con los cacharros y que iríamos sin prisa, un estilo radicalmente opuesto al que me tienen acostumbrado los Carrozas Climbing (con los que escalo habitualmente) pero que disfrute igual. También reseñar que en el séptimo largo me equivoque (a pesar de haberlo escalado en las otras dos ocasiones) y me vi embarcado en un diedro que terminaba en un techito en el que me tuve que emplear a fondo. Creo que le hice pasar un mal rato a Óscar, ya veremos si quiere volver a escalar conmigo je, je…
La compañía, la montaña, la vía, la luz del atardecer, el mar de nubes, todo fue perfecto, tan solo un poco más de concentración por mi parte habría bastado para darle a esta escalada un 10. Y es que el Espolón Central del Puig Campana nunca defrauda.
Galería de fotos
Resumen de la actividad
Entorno y medio | |
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La Marina Baixa | |
Paisaje Protegido del Puigcampana y el Ponotx | |
Cielo despejado y mar de nubes. Sin viento |