Pensat i fet (dicho y hecho) es como podría definir esta salida con niños para escalar la vía ferrata de Villena pues aunque tenía esta actividad en mente desde hacía mucho tiempo y la había planificado en distintas ocasiones, siempre nos surgía algo que impedía que la hiciéramos. Sin embargo esta vez se lo comenté a Cris a mediodía y por la tarde estábamos los 4 metidos en faena.
Mi idea era realizar únicamente la ferrata Castillo de Salvatierra, es decir, la más corta, sencilla y antigua de las dos que hay en la Sierra de la Villa, ya que al ser esta la primera experiencia de mis hijos en este tipo de escalada quería ver que tal se desenvolvian.
La vía me parece adecuada para iniciarse ya que no presenta grandes dificultades y tiene varias reuniones con parabolt desde donde asegurar a los peques que deben avanzar en cordada. Hay que tener en cuenta que si cayeran el disipador no podría hacer su función debido al escaso peso de los niños. Por eso es obligado asegurarles. No obstante llevaban disipadores para practicar con ellos.
Llegamos a Villena a las 17:00h preparamos el material y nos pusimos en marcha. Después de una tranquila aproximación hasta el collado previo a la ferrata nos pusimos los arneses. El corto trecho desde el collado hasta el pie de vía, que discurre a media ladera y que está protegido con un cable de acero, nos sirvió para practicar la técnica de progresión en vía ferrata.
Comencé la escalada y tras el primer tramo monté una reunión y aseguré a los peques. Al poco de salir está el primer y único paso relativamente difícil un pequeño desplome donde Pau, de nueve años, se atascó, pero tras animarle un poco llegó hasta donde yo estaba, se ancló y juntos esperamos a las chicas. Berta, tres años mayor que su hermano, subió sin problemas hasta donde estábamos.
Un resalte de unos 12 metros nos conduce al puente tibetano otro de los alicientes que tiene esta ferrata y que como además apenas tiene patio no intimida en absoluto. El resto de la vía transcurrió sin problemas y los niños, que se habían ido creciendo poco a poco, disfrutaron un montón. Parece que la vía se les quedó corta. Mejor, así querrán volver.
El camino de regreso lo hicimos por el PR CV-312 y como habíamos empezado tarde y además fuimos muy tranquilos llegamos al coche con la noche encima de nosotros. Disfrutamos un montón no solo de la ferrata, también del sendero de vuelta.
Aunque hemos practicado varias veces escalada deportiva y los niños ya sabían lo que es estar a 20 metros del suelo colgando de una cuerda, esta es la segunda actividad técnica que hacemos Cris y yo con ellos (la otra fué el barranco de les Raboses hace ya un par de años), y la verdad es que les he visto con tantas ganas y tan motivados que creo que no tardaremos en repetir.
Por cierto, si queréis ver un análisis exhaustivo de esta ferrata entrar en el blog de Javier de Aristeando Montañas a través del siguiente enlace. No falta ni un detalle.
Galería de fotos
Mapa de la ruta
Resumen de la actividad
Entorno y medio | |
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L´Alt Vinalopó | |
Sierra de la Villa | |
Cielo despejado. Temperatura suave | |
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