En realidad la segunda, ya que la primera la realicé hace ya unos cuantos años cuando aún vivía con mis padres en Madrid. Éramos vecinos del ilustre alpinista César Pérez de Tudela y un día me descubrió con un ejemplar de la revista Desnivel, el primero que compré y que aún conservo. Comenzamos una conversación sobre mi recién adquirida afición y me propuso irme con él a escalar al rocódromo ¡de hormigón! que había en la Ciudad Universitaria de la Universidad Complutense y al que yo tenía por costumbre colarme, ya que para entrar exigían estar en posesión de la tarjeta federativa y yo en aquella época no me planteaba adquirirla.
Fuimos varias veces a aquel rocódromo, que a mi me encantaba, hasta que por fin un día me dijo de irnos a la Pedriza. De la vía que hicimos tengo un vago recuerdo, creo que el sector estaba localizado en la carretera que va de la entrada del parque a Cantocochino. Era de varios largos y sólo el último se hacía en artificial. Era un techo de granito del que colgaban los estribos y aunque eso de colgarse de escaleras siempre me había parecido sencillo descubrí que era tremendamente complicado. Metí un pie y comenzó un balanceo imposible de controlar, intentaba avanzar mientras César me daba instrucciones desde arriba. Al final no se como pude terminar y la vía. Creo que César quedó algo desilusionado con mi ineptitud.
Aquella experiencia, a pesar de haber dejado huella en mi, quedó en el olvido y lo que hubiera podido aprender se desvaneció con el paso del tiempo.
La segunda experiencia con los estribos la tuve la semana pasada con los Carrozas Climbing.
Después de lo bien que lo había pasado escalando la combinación de vías Paco-Pepe/Silvia en la cara norte del Veleta hacía tan solo una semana, quería volver a escalar con este grupo de amigos, así que llamé a Domingo para ver qué planes tenían: irían al Cabeçó d´Or a escalar El Cabeça, una vía de V+/A1 prácticamente desequipada y de 230 metros de longitud. Con su habitual generosidad Domingo me invitó a acompañarlos a pesar que sabía de mi inexperiencia con los pedales, sin dudarlo me apunté.
A las 7:00h de la mañana nos reunimos todos los participantes en el parking del Cabeço. El grupo lo formábamos Verto (a quien conocí allí mismo), Domingo, Juanan, Manolo y yo. Sin pérdida de tiempo seleccionamos el material y nos dirigimos al pie de vía. Formamos las siguientes cordadas, por una parte Verto y Manolo que harían toda la vía El Cabeça y por otra Juanan, Domingo y yo que haríamos dos largos por otra, que sinceramente no se cual es ya que no he encontrado reseña alguna sobre dicha vía pero cuya salida se encuentra en el punto donde nos deja el rapel del pino que hay en la Gran Terraza junto al sector Placas de la Mina. Yo diría que el largo que hicimos discurre paralelo al segundo largo de la vía deportiva Ninja de mis amores, pero no lo tengo nada claro ya que no vi más que una chapa casi arriba del largo, muy poco equipamiento para una vía que se suponede deportiva. Recuerdo dos pasos en los que hay que ir finos. El caso es que este largo nos deja en una gran repisa donde está la reunión compartida de las vías GENE, Chica Sputnik, Coco liso y Rafa Guitierrez. Continuamos escalando por un largo de la GENE que nos deja en el pino del rapel.
Estamos en la Gran Terraza y caminando nos dirigimos al cuarto largo de la vía El Cabeça. Aquí esperamos a Verto y Manolo ya que el resto de la vía lo haremos todos juntos. El siguiente largo que tenemos por delante supera una gran fisura oblicua muy característica que nos deja en una pequeña plataforma donde existe una reunión con dos parabolts. Este largo tenía alguna roca suelta. Viene después un largo vertical y aéreo en el que encontramos primero un diedro y luego una espectacular fisura que se supera en bavaresa y que nos deja en una terraza desde donde se acomete el último largo, el de artificial. Verto y Juanan se encargan de abrir el largo mientras el resto esperamos nuestro turno pacientemente, el artificial es lento.
Soy el último en subir, así que debo aguardar algo más de una hora en la reunión, menos mal que es cómoda. Domingo que sale justo antes que yo me explica como progresar y entre sus explicaciones y las que ya nos había dado Verto en el parking debe ser suficiente para superar el largo.
Aunque el largo está generosamente equipado el material es vetusto. Está compuesto de clavos roñosos, cordinos deshechos y algún viejo buril donde poner chapas recuperables. Sorprendentemente a mitad de vía hay un parabolt, creo recordar que del 8, pero al fin y al cabo un parabolt. Voy progresando poco a poco confiando en que si el material ha soportado a mis compañeros también lo hará conmigo. Por otra parte la cuerda va por arriba así tampoco hay mucho problema. Finalmente dejo el último anclaje y me llama la atención lo que cuesta volver al libre. Son apenas 7 u 8 metros que te dejan en lo alto de la pared. Continuamos trepando, ya sin encordar, hasta que descendemos caminando a la pedrera y salimos al barranc del Vidrier por donde descendemos hasta el parking.
Me ha encantado esta primera (o segunda) experiencia de escalada artificial y espero que la próxima sea en breve. Este tipo de escalada exige serenidad, aplomo y como todo práctica. Por otra parte el conocimiento de sus técnicas puede sacarte de más de un apuro en pared, así que intentaré ir adquiriendo nuevos conocimientos en esta materia.
Una vez más agradecer a los Carrozas Climbing por contar conmigo para escalar y sobre todo en esta jornada en la iba de novato. Ha sido una gran experiencia. Espero poder repetir con este grupo de amigos.
Galería de fotos
Resumen de la actividad
Entorno y medio | |
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L´Alacantí | |
Cabeçó d´Or |