Cova del Llop Marí, Illeta dels Banyets, Carrer la Mar y playa de Muchavista en El Campello, así como playa de San Juan, cabo de la Huertas, playa de la Almadraba y playa de la Albufereta en Alicante son algunos de los lugares donde estoy saliendo a practicar natación en aguas abiertas durante un proceso de recuperación de un esguince de tobillo. En este artículo comento pros y contras de cada uno de esos lugares, y cuales son mis favoritos y por qué.
Aunque llevo años practicando la natación en aguas abiertas -una actividad deportiva que me encanta- e incluso he realizado en dos ocasiones la famosa travesía a nado Tabarca – Santa Pola, travesía que por cierto también he realizado en kayak y en paddle surf (puedes leer los detalles de la travesía en paddle aquí), este es el año que más duro le estoy dando a esta modalidad deportiva, sobre todo porque no puedo hacer otra cosa.
Me explico. Hace casi tres meses sufrí un pequeño accidente en un rocódromo de Alicante a raíz del cual tengo un esguince de tobillo con doble edema óseo (en astrágalo y calcáneo). Por este motivo no puedo practicar las actividades que suelo reseñar en este blog y que tanto me gustan: escalada, senderismo, vías ferrata…
Recientemente mi fisio me ha dicho que nadar es bueno para el proceso de recuperación, así que me he lanzado literalmente al agua. Los primeros días con prudencia en piscina, últimamente en el mar. Para mí nadar en piscina y mar son dos actividades muy distintas, y si la primera la hago casi por obligación, la segunda la practico con gusto e incluso pasión.
Los lugares donde estoy nadando se encuentran cerca de El Campello donde vivo, porque, aunque puedo conducir, para mi recuperación es mejor no hacerlo.
En general son travesías de pequeña o mediana longitud que no sobrepasan los 5 kilómetros. Las realizo en solitario, si bien en algunas me acompaña mi amigo Sento, un habitual de este blog con quién he realizado la cresta de Bernia, el espolón PDP, la cresta del Fraile o el Peñón Divino por citar algunas actividades.
Aguas abiertas en Alicante
Alicante es un lugar privilegiado para practicar natación en aguas abiertas. Al clima benigno se suma un mar con buena temperatura y un montón de días al año de calma.
Aunque no soy especialista en natación, voy a describir los lugares que estoy frecuentando de norte a sur, y contar cuáles me gustan más y por qué. Además, entraré en detalles que ignoro si son o no importantes en el mundo de las aguas abiertas, pero que bajo mi punto de vista, marcan la diferencia entre una monótona sesión de entrenamiento, y una mañana disfrutando del mar. Me refiero a los fondos que se pueden disfrutar durante las travesías, la fauna o la transparencia del agua.
Cala Lanuza y playa del Carritxal
El litoral norte de El Campello, más concretamente el tramo de costa comprendido entre Cala Lanuza y la playa del Carritxal, es una zona tranquila y poco frecuentada que ofrece una bonita travesía a nado con gran sensación de aguas abiertas. Durante gran parte del recorrido no hay edificaciones ni apenas gente y la soledad, incluso en verano, está casi garantizada.
Comienzo a nadar en Cala Lanuza -una pequeña playa de fina arena dorada situada junto al Puerto de la Merced-. Es el único lugar de la travesía ligeramente masificado ya que es una playa frecuentada por familias tanto nacionales como extranjeras.
No tardo en llegar a la cala de les Palmeretes -conocida así debido a las palmeras que encontramos a la entrada de dicha cala-. Esta es una pequeña cala natural de piedras, grava y aguas cristalinas donde se respira cierta intimidad.
Tras cruzar una larga zona de pequeños acantilados llego a la cala del Carritxal, una playa de arena gruesa y grava de gran valor medioambiental que El Campello comparte con La Vila Joiosa.
Detrás de la playa veo la Torre del Xarco cuya travesía desde aquí se ve aún más interesante que la acabo de hacer, pero que dejo para otra ocasión. En realidad es un tramo de costa que conozco bien porque en su día hice la ruta en paddle surf Bol Nou – Cala Lanuza.
Regreso a Cala Lanuza por donde he venido disfrutando de aguas cristalinas, fondos de arena y posidonia oceánica con alguna zona de rocas donde abunda la vida marina. En toda la travesía solo me cruzo con un par de embarcaciones aisladas que fondean por la zona.
Illeta dels Banyets y Cova del Llop Marí
Esta travesía la comienzo siempre en la Illeta dels Banyets. Mi recomendación es hacerlo en la pequeña playa que hay a la derecha de la entrada al yacimiento arqueológico, rodear la Illeta y continuar paralelos a la costa hasta la Cova del Llop Marí. De este modo es posible conocer y disfrutar del interesante entorno de este pequeño istmo, que además de vida marina, alberga importantes restos arqueológicos, aunque estos no los veremos. El fondo es de roca tapizada de algas entre las que se esconden ejemplares de gobios, tordos y otros muchos.
Con menos tiempo o ganas se puede empezar a nadar desde la vertiente norte, bien desde la playa sita a la izquierda de la entrada, o rodeando esta pequeña península a pie.
El tramo de costa que une la Illeta con la Cova del Llop Marí es de arena blanca con fondos muy limpios y luminosos, en los que es posible ver lenguados o pastinacas camuflados en la arena.
En las proximidades de la Cova del Llop Marí encontramos nuevamente fondos rocosos cubiertos de algas. También hay praderas de posidonia oceánica donde abundan las salpas. En una ocasión vi un pequeño banco de barracudas en esta zona.
Entrar en la Cova del Llop Marí, que antiguamente servía de refugio a una familia de focas monje, es una experiencia recomendable si el mar se encuentra en calma. Dentro hay una pequeña playa de guijarros donde descansar, aunque suele haber gran cantidad de mosquitos que resultan muy molestos.
Desde aquí suelo volver, aunque a quien le queden ganas, puede continuar por el frente litoral hacia la Cala de l’Amerador.
Si hemos salido desde la playa sur de la Illeta, habremos recorrido alrededor de un kilómetro, mientras que si lo hemos hecho desde el norte 800 metros, a los que habrá que sumar la vuelta.
Resumiendo, una bonita zona para nadar que tiene una combinación de fondos arenosos, praderas de posidonia oceánica y rocas que hacen el baño muy entretenido.
Nadando entre la playa de Muchavista y el puerto de El Campello
Los 3,5 kilómetros que separan la playa de Muchavista del puerto de El Campello, es por cercanía a mi casa, la travesía que más a menudo realizo, ya sea en su totalidad o en parte.
Es una zona que me gusta, pero con el inconveniente de que el Rincón de la Zofra suele tener el agua turbia, sobre todo en verano, cuando entran más temporales.
Por otra parte, la desembocadura del río Seco, que hace años era una de mis zonas favoritas por la transparencia de sus aguas y la cantidad de vida que alberga, la veo cada vez más turbia y con proliferación de algas. Creo que se debe a la nueva desaladora de Mutxamel, cuyas aguas con salmuera acaban aquí. Espero que dicha salmuera no afecte a los ecosistemas de la zona, en especial a las praderas de posidonia oceánica, muy sensibles a los cambios de salinidad. A pesar de todo, sigue habiendo gran cantidad de vida salvaje. En una ocasión tuve la fortuna de ver una morena. Por supuesto dejé de nadar y me dediqué a observar a una distancia prudencial.
A excepción de esta zona el resto de la travesía tiene fondo arenoso donde es fácil ver pastinacas, lenguados y con suerte alguna estrella de mar o un pez volador. Los he visto con mucha más frecuencia en Muchavista que en Carrer la Mar.
También doradas y lubinas con las que es fácil cruzarse en cualquier punto de la travesía.
En cuanto a las temidas medusas, en Muchavista es raro que no me crucé alguna del tipo aguamar (rhizostoma pulmo) que aunque son urticantes, nunca me han picado porque en general no suelen estar en superficie.
Playas de Muchavista y San Juan
La travesía de las playas Muchavista – San Juan es un bonito reto, que sin embargo puede resultar algo monótono, por el fondo marino que es en todo momento de arena, y el paisaje, solo veremos edificios.
Por su orientación es una playa muy expuesta a los vientos de levante. Pero cuando no hay temporal el agua suele ser transparente y es un baño que me gusta.
La fauna que acompaña en esta travesía es muy parecida a la descrita en la sección anterior cuando hacía referencia a Muchavista, eso sí, con más presencia de medusas del tipo aguamar, sobretodo entre la urbanización Las Lanzas y el bar Popeye, donde no se porqué, suelo cruzarme con gran cantidad de ellas.
La llegada al final de la playa de San Juan es quizá la zona que más me gusta porque se encuentra protegida por el Cabo de las Huertas y el mar suele estar en calma. En esta zona hay un carril de nado y es fácil cruzarse con otros nadadores.
Playa de San Juan – Cabo de las Huertas
Sin duda, una de las zonas más bonitas para nadar de las que describo en este artículo.
A la transparencia del agua, se unen fondos variados en los que alternan las praderas de posidonia, el sustrato rocoso y los arenales. Bancos de salpas, castañuelas y obladas se suceden, además de otros peces solitarios como el pez verde y la doncella. En un par de ocasiones he visto sepias.
Sin embargo, tiene el inconveniente de ser una zona muy expuesta donde es fácil encontrar el mar movido.
Por otra parte, he visto en varias ocasiones medusas clavel (pelagia noctiluca) cuya picadura he sufrido, aunque no en este tramo litoral.
En cualquier caso, con el mar en calma es una magnífica zona para nadar.
Playa de la Almadraba
Siendo probablemente la playa menos interesante de las aquí mencionadas, tiene sin embargo la ventaja de que -por su orientación y por los espigones que la protegen- cuando otras playas sufren temporal de levante aquí sigue siendo posible el baño. Así que se presenta como una buena alternativa cuando en las playas alrededor no es posible nadar.
Tiene un fondo poco profundo y fangoso con escaso interés, aunque se encuentra muy cerca de la Cala de Cantalar, a la que sin mucho esfuerzo es posible acercarse.
También es posible nadar entre los espigones que son una cómoda referencia visual.
Lo dicho, un buen lugar para nadar cuando en otros sitios no es posible.
Playa de la Albufereta
A esta playa he venido siempre por la tarde después de trabajar porque me coge de camino a casa.
Sin ser tan tranquila como la Almadraba, es bastante recogida y sus aguas son excelentes para nadar.
Tiene un carril de nado paralelo a la costa, que con 2.000 metros lineales es el más largo de España. Está balizado con boyas blancas a 150 metros de la línea de costa y separadas entre sí 50 metros, y boyas amarillas a 200 metros de la costa y también separados entre sí 50 metros. Las boyas blancas están numeradas, aunque lo cierto es que los números están algo desdibujados.
El fondo es de arena en las inmediaciones de la playa y roca en el canal de nado.
En este carril he disfrutado magníficos atardeceres con el sol iluminando la Serra Grossa de los que guardo un grato recuerdo.
Y hasta aquí está modesta recopilación de zonas para nadar en aguas abiertas entre El Campello y Alicante. Espero ampliar el catálogo de playas en el futuro porque, aunque me recupere de mi lesión de tobillo y vuelva a las actividades de siempre, seguiré nadando en aguas abiertas.
Galería de fotos
Resumen de la actividad
Entorno y medio | |
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