El Parque Nacional de Monfragüe, uno de los espacios naturales mejor conservados del continente europeo, es el primer parque nacional de Extremadura y uno de los 16 que existen en España. Su eje vertebrador lo constituye el río Tajo a su paso sierras rodeadas de dehesas, siendo la confluencia de éste con el Tiétar uno de sus puntos neurálgicos. Abarca un área natural de unos 30 km de longitud por 7 km de ancho.
Después de pasar 2 días en el Parque Nacional de Cabañeros en los que he conocido el macizo de Rocigalgo y la ruta del Boquerón del Estena, me desplazo al Parque Nacional de Monfragüe en la vecina Extremadura.
Para visitar Monfragüe dispongo de un día, pero en esta única jornada y con mis prismáticos al cuello, tengo la oportunidad de admirar su caprichosa orografía, recorrer múltiples sendas, observar la fauna, seguir el vuelo de las grandes rapaces, respirar los aromas de jaras, tomillos y cantuesos, disfrutar de la paz y silencio solo roto por la berrea del ciervo o el canto de las aves… En definitiva, sentir Monfragüe en toda su intensidad.
Índice de contenidos
- Parque Nacional de Monfragüe
- Ruta senderista desde Villarreal de San Carlos al Mirador de la Tajadilla
- Ruta senderista desde Villarreal de San Carlos a Cerro Gimio por Arroyo Malvecino
- Salto del Gitano y subida al Castillo de Monfragüe
Parque Nacional de Monfragüe
En el triángulo formado por las poblaciones de Plasencia, Trujillo y Navalmoral de la Mata, y con el río Tajo como eje vertebrador, se encuentra el Parque Nacional de Monfragüe, un espacio natural único, declarado Parque Natural en 1979, zona de especial protección para las aves (ZEPA) en 1988, Reserva de la Biosfera en 2003 y Parque Nacional en 2007.
Monfragüe posee una de las más extensas y mejor conservadas manchas de monte mediterráneo a nivel mundial. Probablemente se trata de la mejor representación actual de la primitiva cobertura vegetal mediterránea, que antaño cubrió el 70% de la península Ibérica.
Sus laderas de bosque rodeadas de grandes dehesas y la presencia algunas de las especies de fauna más significativas de la naturaleza española como el águila imperial ibérica, el buitre negro, la cigüeña negra o el lince (todas ellas en peligro de los dextinción), convierten a Monfragüe en una de las grandes joyas de la naturaleza europea. Cuenta además con una vegetación muy variada destacando tres ecosistemas principales: bosque mediterráneo, dehesas y cauces fluviales.
Además, se trata de uno de los pocos lugares del mundo donde es posible observar, desde la carretera y a corta distancia, especies emblemáticas de aves como el buitre negro, el leonado, el alimoche o el águila imperial ibérica. Por este motivo recibe miles de visitas de turistas y ornitólogos, tanto nacionales como extranjeros.
Por último, destacar que Monfragüe es un Destino Turístico Starlight, es decir, la Fundación Starlight (una acción integrada de la UNESCO) ha certificado que los cielos de este espacio natural están libres de contaminación lumínica y goza de excelentes cualidades para la contemplación del cielo estrellado.
Ruta senderista desde Villarreal de San Carlos al Mirador de la Tajadilla
Esta ruta, que cruza dehesas, miradores y fuentes cubiertas de alisos y fresnos, comienza en Villarreal de San Carlos en el corazón del espacio protegido. Se corresponde con el itinerario amarillo balizado por el Parque Nacional, y es, junto al verde y rojo -que describo a continuació- los únicos que se pueden realizar sin necesidad de autorización. Está perfectamente señalizada y no tiene posibilidad de pérdida. Además, coincide parcialmente con la etapa 34 del Camino Natural del Tajo.
Desde el parking de Villarreal de San Carlos me dirijo al centro de visitantes para recabar información, después a la calle principal donde se encuentra el panel de inicio de la ruta. Siguiendo las indicaciones abandono el casco urbano, y al poco de hacerlo veo un pequeño grupo de ciervas detrás de una pared de piedra junto a la que discurre el camino. A lo largo de la jornada voy a ver un montón, algunos increíblemente cerca.
Bajo hasta un pequeño arroyo que cruzó por un puente de madera donde hay un desvío hacia Villarreal que tomaré a la vuelta.
Continúo hacia la fuente del Alisar primero y de los Tres Caños después con un meandro del Tiétar como telón de fondo.
El berrido de un ciervo proveniente de la ladera al otro lado del río llama mi atención, así que alzo los prismáticos y veo, primero una piara de jabalíes junto a una gran encina, y luego ciervos en distintos puntos de la loma. De hecho, la zona está abarrotada de ellos.
El trayecto está jalonado de miradores. Al llegar a uno grande que rodea una peña coincido con un ornitólogo belga con el que me entretengo hablando, pero la conversación se interrumpe ante el paso de un águila que hasta el último momento no sabemos si es real o imperial. Resulta ser una real y el belga, que ayer vio una imperial se alegra, yo hubiera preferido que fuera imperial mucho más escasa y difícil de ver.
Me despido del belga y continúo hasta el mirador de la Tajadilla en el cual se ubica un área de descanso. Hago una parada para almorzar y contemplar el vuelo de los buitres leonados que anidan en la pared de enfrente.
Vuelvo sobre mis pasos y nada más abandonar el mirador me encuentro otra cierva en mitad del camino que apenas se inmuta con mi presencia.
Siguiendo la ruta y acompañado por los meandros del río Tiétar hasta su confluencia con el Tajo, llego al puente del cruce de caminos. Ambos conducen a Villarreal de San Carlos, pero ignoro el de la derecha que es por el que he venido.
El sendero asciende por una zona con abundante matorral, encinas y alcornoques hasta el mirador de El Serrano, con magníficas vistas a la desembocadura del Tiétar en el Tajo.
Desde aquí desciendo por una bonita senda -en la que me vuelvo a cruzar con varios ciervos- al Huerto del Ojaranzo, una vega muy frondosa alimentada por una fuente cercana por la que discurre un pequeño tramo circular de la ruta roja. Paso junto a un gran ejemplar de almez u ojaranzo, del que toma nombre la zona y el sendero, y que está catalogado como árbol singular de Extremadura.
Este árbol, conocido como almez de Lugar Nuevo, permaneció largo tiempo y pese a su cercanía a Villarreal como uno de los grandes secretos del parque. De hecho, dos almeces que hay junto al castillo, a los que supera en dimensiones y belleza, eran mucho más conocidos.
Me entretengo largo rato contemplando la fuente, el almez, un par de higueras y los alrededores que son, desde el mirador de El Serrano hasta el pueblo, lo que más me gusta de ésta ruta ya de por sí bonita e interesante.
Entro en el pueblo por la zona de Los Chozos y un poco más arriba finaliza el itinerario.
Mapa de la ruta
Ruta senderista desde Villarreal de San Carlos a Cerro Gimio por Arroyo Malvecino
Ruta circular por el interior del espacio protegido de la que destacan, la espectacular panorámica desde Cerro Gimio, de las mejores del Parque Nacional, y el ecosistema de ribera del Arroyo Malvecino. Se corresponde con el itinerario verde que ofrece varias posibilidades en función de los gustos y las ganas del caminante.
Tras finalizar la ruta del mirador de la Tajadilla cruzo Villarreal de San Carlos y me dirijo a la carretera junto a la que se encuentra el panel de inicio de la ruta.
El camino, que inicialmente es amplio y entre paredes de piedra, se convierte en una estrecha senda por la que desciendo hasta el Puente de Abajo del Arroyo Malvecino, rodeado de distintas muestras de frondosa vegetación mediterránea.
Este arroyo es uno de los puntos más interesantes de la ruta y existe un camino por el que recorrerlo. Sin embargo, hoy está parcialmente cerrado debido a unas obras de remodelación. Una pena porque creo que el tramo cortado es el más interesante. El que permanece abierto lo recorreré a la vuelta.
Cruzo el puente madera y emprendo la subida a Cerro Gimio, primero por una estrecha y empinada senda, y luego por pista.
En Cerro Gimio hay restos de lo que se cree fue una modesta muralla. También un mirador desde el que veo, en la espesura del bosque de la ladera opuesta, un nido de buitre negro sobre un enorme alcornoque.
Poco más arriba está la cumbre, el lugar que elijo para descansar y comer. Las vistas son soberbias, destacan las sierras de Monfragüe, las Corchuelas y Peñafalcón, el Salto del Gitano -el punto más famoso e icónico del parque-, el castillo de Monfragüe, el río Tajo y los arroyos Barbaón y Malvecino. Y cómo no, disfruto la panorámica con el vuelo de los buitres sobre mi cabeza.
Después de casi una hora emprendo el camino de vuelta a Villarreal de San Carlos. Primero entre jaras y después, tras perder altura, siguiendo el agradable curso del arroyo Malvecino y sus bien conservados bosques de ribera. En sus orillas abundan fresnos, madroños, cornicabras y alisos.
La última parte de la ruta discurre por un camino empedrado.
Antes de abandonar Villarreal de San Carlos me acerco al centro de interpretación y al de usos múltiples que visito en completa soledad y cuyas instalaciones me parecen modernas y con contenidos interesantes. La verdad es que me sorprenden gratamente.
Mapa de la ruta
Salto del Gitano y subida al Castillo de Monfragüe
La ruta senderista -en la que he juntado los itinerarios amarillo y verde- finaliza aquí. Aún voy a caminar algo más, pero va a ser anecdótico, de momento continúo en coche mi periplo por el Parque.
Tomo la carretera EX-208 dirección Trujillo y tras 10 minutos y poco más de 5 kilómetros llego a la primera parada, el mirador del Salto del Gitano. Es el lugar más visitado del espacio protegido y tiene fama de estar abarrotado de ornitólogos y turistas, pero cuando llegó está vacío. Teniendo en cuenta que son las 16:30h de un martes de noviembre, imagino que es normal.
Me deleito contemplando el congosto, el paisaje y el elegante vuelo de los buitres leonados. También los nidos de rapaces y uno de cigüeña negra en Peña Falcón.
Curiosidades sobre el Salto del Gitano
Un par de curiosidades sobre este lugar antes de continuar. La primera es su nombre. Se debe a una leyenda sobre un bandolero gitano que para huir de la guardia civil saltó desde el roquedo al río Tajo. Hoy el famoso salto está cubierto por el agua y sólo quedan los promontorios rocosos que veo desde el mirador, pero conserva el nombre. Si quieres más detalles sobre está historia puedes leerla aquí.
La segunda es sobre un capitán inglés llamado Paul Boyton que descendió, únicamente con un traje estanco diseñado por él y con el objetivo de demostrar la estanqueidad del mismo, el río Tajo. Comenzó en Toledo, terminó en Lisboa y de su paso por este lugar, en enero de 1878, escribió:
“Pronto llegaría a los terribles rápidos conocidos como el Salto del Gitano. (…) El río se cerró entre dos paredes naturales, tan estrechas como un canal. Iba a toda velocidad. El agua caía sobre las rocas que obstruían su paso, todo era espuma y agua pulverizada. (…). La corriente doblaba con violencia cada cien yardas y se rompía en mil rápidos. Fui arrojado repetidamente de un lado del río al otro por una fuerza invisible y me golpeé contra las rocas muchas veces. Atravesé dos o tres rápidos y luego llegué a una cascada final que casi me ensordece con su rugido. Vi el agua frente a mí corriendo en grandes olas y luego saltando, dejando nada más que espuma blanca.”
Paul Boyton
Puedes leer más sobre Paul Boyton y su descenso por el Tajo aquí.
La siguiente parada es el Castillo de Monfragüe al que es posible subir siguiendo la ruta roja -tanto desde la Fuente del Francés como desde el Salto del Gitano-, pero los días otoñales son cortos y el de hoy llega a su fin, así que decido aproximar en coche hasta el parking que hay a sus pies.
Un minibús gratuito sube desde aquí hasta una plataforma en las proximidades del castillo, sin embargo, es un trayecto de poco más de un kilómetro que prefiero recorrer a pie.
Camino por una pista asfaltada que pasa junto a la Cueva del Castillo, un abrigo rupestre que recoge pinturas realizadas hace 9.000 y 2.500 años. Y es que en Monfragüe se encuentra uno de los más representativos e importantes núcleos de pinturas rupestres de la Península Ibérica. Este abrigo es un ejemplo de ello.
Paso junto a la plataforma hasta la que llega el autobús y un poco más adelante me desvío por un camino señalizado que sale a mano derecha. Siguiéndolo llegó al cordal de la sierra de Monfragüe primero, y a la vertiente opuesta después. Camino por una senda -rodeada de una densa vegetación de monte mediterráneo- que se junta con la que viene de la Fuente del Francés hasta llegar al Castillo de Monfragüe.
Si el Salto del Gitano es el lugar más visitado del parque, este es el monumento más frecuentado. No es para menos, pues desde su torre del homenaje, a la que subo, se puede disfrutar de una panorámica extraordinaria.
La sierra de las Corchuelas en primer plano, el macizo de Gredos y la sierra de Gata al norte, los valles del Tiétar y el Jerte, kilómetros de verdes dehesas, y el Tajo, que debido al embalse de Alcántara, situado a 100 kilómetros río abajo, parece más un lago que un río. Todo ello con los buitres volando a escasa distancia.
Precisamente la vista que ofrece es el principal argumento por el cual la zona fue empleada como atalaya de vigilancia desde antiguo. Primero por celtas y romanos, después por árabes y cristianos.
La fortaleza conserva restos de la muralla, un aljibe árabe y dos torres de la etapa cristiana. Junto a una ellas se encuentra una ermita, algo más moderna, que cobija una talla bizantina, traída de Jerusalén en el siglo XII, de la Virgen de Monfragüe. Sin embargo, no puedo verla porque la ermita está cerrada.
Recorro tranquilamente el lugar donde además hay un mirador. Quizá este es el momento que más disfruto de una jornada ya de por sí intensa. El sol poniéndose detrás de las nubes, el vuelo de los buitres -que dejan tras de sí una estela sonora que escucho desde donde me encuentro-, las vistas y la paz del momento me llenan profundamente.
Trato de alargar el momento pero todo llega a su fin, y con las últimas luces del día emprendo la bajada por unas largas escaleras que hay en la vertiente opuesta al camino por el que he subido.
Ya en el coche doy por finalizada la visita a Monfragüe, una Reserva de la Biosfera y Parque Nacional bañado por los ríos Tajo y Tiétar, que ha sabido mantener la armonía entre los valores naturales y la intervención humana.
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Resumen de la actividad
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