El domingo 6 de septiembre me encontraba en Madrid y disponía de tiempo desde las 9.00 hasta las 14:00 h. Decidí ir a conocer el Monte de El Pardo un paraíso medioambiental a menos de 10 kilómetros de la Puerta del Sol.
El Pardo, un nombre que siempre me ha recordado a la época más rancia y casposa de nuestra historia reciente, es sin embargo un lugar increíble donde es posible ver ciervos, gamos, jabalíes e incluso ejemplares de águila imperial ibérica (el 10% de la población mundial se reproduce en este espacio).
Mi excursión fue totalmente improvisada. Me planté con lo puesto, sin haber planificado la ruta y sin mapa. Incluso me costó encontrar la carretera de acceso (lo hice por la M-612), y es que a pesar de haber vivido en Madrid durante 18 años, después de tantos fuera creo que me estoy volviendo de pueblo.
Aparqué junto a la carretera en el primer lugar que me pareció que el coche no molestaba y echando mano de Wikiloc junte dos rutas que me parecieron interesantes y comencé a recorrer el lugar. Lo primero que tuve que hacer fue llegar hasta una de las rutas elegidas, ya que no pasaban por el punto exacto donde aparqué.
Esta primera parte fue monte a través y en ella estuve completamente solo. Sin embargo después ví a mucha gente realizando todo tipo de actividades: bicicleta de montaña, senderismo, pesca, cazar mariposas, observación de aves, etc. Y es que el Monte de El Pardo es ante todo un milagro medioambiental sometido a la presión de 5 millones de personas que viven a su alrededor. Un milagro de 15.000 hectáreas considerado como uno de los bosques mejor conservados de Europa en el que crecen más de 120 especies vegetales, 125 especies de aves, 35 de mamíferos, 19 de reptiles y 13 de anfibios. Forma parte del inmenso corredor verde que arranca en la propia ciudad de Madrid y se extiende a lo largo de 50 kilómetros hasta llegar a los mismos pies de la Sierra del Guadarrama, a la altura de La Pedriza.
El milagro se debe a que en 1753 Fernando VI ordenó construir 99 kilómetros de valla su alrededor con la intención de evitar el furtivismo, contener la fauna herbívora que dañaba los cultivos de los alrededores y evitar la dispersión de la caza. Hasta finales del siglo XIX El Pardo comprendía incluso la Casa de Campo, aunque ya importantes segregaciones comenzaron a producirse. Durante la II República se construyó una carretera interior y en la posguerra hubo numerosas concesiones (Parque Sindical, Somontes…) y privatizaciones de urbanizaciones de lujo. En los setenta las amenazas pasaron a tomar el aspecto de macroproyectos industriales o urbanísticos en su periferia.
En la actualidad el 94% de su superficie total se encuentra cercada mediante una valla de 66 kilómetros que recorre su perímetro y la visita a esta zona está totalmente prohibida. Después de caminar por aquí comprendí que El Pardo nunca deberá ser abierto indiscriminadamente al público. En las zonas de más fácil acceso pude contemplar vertidos y basuras por doquier.
Pero volviendo a la ruta, llegué hasta la presa, caminé junto al Manzanares que incluso crucé descalzo, pase junto al Palacio Real y volví nuevamente monte a través hasta donde estaba el coche aparcado. También aproveche para hablar con algunas de las personas con las que me crucé. Estuve un rato con unos chicos que observaban aves y con ellos disfruté viendo a un águila real.
Fue una mañana aprovechada para conocer este milagro medioambiental del primitivo paisaje mesetario, el encinar asentado sobre arenas, y una ruta que me ha servido para hacerme una idea inicial del potencial que tiene este sitio. Volveré para realizar otra excursión y disfrutar de lo que más me gusto en este primer acercamiento.
Galería de fotos
Mapa de la ruta
Resumen de la actividad
Entorno y medio | |
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Curso medio del Manzanares | |
Monte de El Pardo | |
Espacio natural protegido | |
Cielo despejado | |
Ver en Wikiloc |