PR-CV 465 -Sender del Badall i les Fonts de les Penyes Blanques-, Sa Cova Dalt y Es Crestall

Ruta de senderismo circular que recorre el Badall i les Fonts de les Penyes Blanques siguiendo el sendero balizado PR-CV 465, en la vertiente norte de la Serra de Ses Cordelleres. Además se acerca -fuera del sendero- a Sa Cova Dalt y asciende a Es Crestall. 

Esta interesantísima ruta senderista -de la que destacan el badall, una gran fisura que atraviesa la montaña, y Sa Cova Dalt, una cueva de grandes dimensiones situada en la falda de Es Crestall– surge de una actividad pendiente entre Santiago y yo. Santiago, a quien no conozco personalmente pero con quién tengo varios amigos y conocidos en común, es responsable de Apatita, una de mis páginas web de montaña favoritas y fuente inspiración de un montón de rutas.

Aunque llevamos tiempo tratando de quedar, cuando uno está libre el otro ocupado y viceversa, así que nos ha costado un poco encontrar una fecha. Por fin lo hemos conseguido y es él quien propone la ruta, que en parte conoce. Para mí es totalmente nueva aunque recientemente estuve muy cerca, fue hace apenas dos semanas cuando subí al Cocoll por el barranco de Galitero. La alomada cara este del citado pico es el telón de fondo durante gran parte de la ruta.

PR-CV 465 -Sender del Badall i les Fonts de les Penyes Blanques-, Sa Cova Dalt y Es Crestall. 

La Serra de Ses Cordelleres -por donde discurre esta bonita ruta circular- forma parte, junto a la Sierra del Carrascal de Parcent y el Alt del Cocoll, de un conjunto montañoso de gran belleza que comienza en el Coll de Rates -puerto de carretera entre Parcent y Tárbena- y termina en Els Plans de Aialt en el término municipal de Castell de Castells.

Esta pequeña sierra, cuyos picos se levantan sobre el río Jalón o Gorgos, se sitúa entre las comarcas de la Marina Alta y Baja de Alicante. Por lo que me cuenta Santiago, él la recorrió cuando aún no existía el PR-CV 465. La puesta en marcha de esta senda balizada, pone en valor este entorno y va a atraer muchos visitantes, esperemos que estén concienciados con el cuidado y la conservación del medio.

Acceso

En El Campello, donde hemos quedado, cogemos la AP-7 dirección Valencia hasta la salida de Benissa, la 63. Hay que cruzar todo el casco urbano en dirección sur y a la salida tomar la CV-750. Atravesamos Jalón y llegamos a Alcalalí donde tomamos la CV-720 dirección Benigembla.

Poco antes de la entrada al pueblo nos desviamos por un camino rural que sale a mano izquierda. Tiene una señal con la indicación Mirabó. Seguimos esta estrecha pista asfaltada durante dos kilómetros hasta que cruza el Barranc de Almedich donde se ensancha, aquí aparcamos.

Ruta senderista por el PR-CV 465

Comenzamos a caminar monte arriba siguiendo la pista que traíamos. Cuando llegamos al inicio del PR-CV 465, que está junto a un cartel con toda la información sobre la ruta, nos desviamos por un sendero que sale a mano derecha.

Avanzamos paralelos al Barranc de Almedich y pasamos, junto a la Font de Baix primero y la Font de Dalt 450 metros después. En la página web del Club de montaña Acclivis cuentan que estas fuentes se usaban como abrevaderos cuando la ganadería era una importante actividad económica de la comarca. La primera era para los rebaños de cabras, mientras que de la segunda sólo podían beber caballos y burros. El sobrante se utilizaba para regar campos de cultivo.

Siguiendo la senda, que está muy bien balizada con las características marcas blancas y amarillas de este tipo de rutas, llegamos a una zona con bancales de olivos y almendros donde nos incorporamos a una pista forestal por la que caminamos dos kilómetros hasta llegar a un cruce que tiene un poste vertical.

Aquí el camino se divide, un ramal a mano derecha se dirige a la Font Penya Blanca -es por donde volveremos al final de la ruta-, el otro a la izquierda recorre la senda l’Ombria, este es el que tomamos.

Caminamos dirección noreste recorriendo la umbría de les Penyes Blanques hasta Els Corrals, una pequeña cavidad en la que tiempo atrás se guardaba el ganado. Las vistas desde su interior hacia la Serra del Penyó -donde se encuentra el Cavall Verd-, la Segaria y el Mediterráneo enmarcadas en las paredes de la cueva, son magníficas.

El Badall

Abandonamos la cavidad y llegamos a un murete por el que trepamos ayudados de unas cadenas instaladas para facilitar la progresión. Justo después encontramos el Badall uno de los puntos más interesantes de esta ruta. Se trata de una enorme fisura que cruza la montaña por su interior para salir a la faja superior de Penyes Blanques. El recorrido, aunque corto, es delicado.

En la primera parte hay cadenas y grapas que ayudan a superar los bloques de roca. La segunda es tortuosa, y nos vemos obligados a arrastrarnos por un estrecho pasillo primero, y contorsionarnos en la fisura de salida después. Santiago, que es más corpulento que yo, se tiene que quitar la mochila para poder cruzarla. El lugar me recuerda, salvando las distancias, a la gatera del Avenc Ample.

Una vez fuera del Badall seguimos unos hitos hasta la senda que discurre por la faja superior de Ses Cordelleres. Caminamos a media ladera bajo la impresionante Penya l’Altar y el Tossal d’en Serra cruzando un total de cinco barrancos. Enfrente tenemos la cima del Cocoll fácilmente reconocible por su característica caseta en la cumbre.

La senda llega hasta un cruce de caminos con un poste. Desde aquí es posible enlazar con la pista que sube al Cocoll o coger el camino de vuelta. Sin embargo nosotros no tomamos ni uno ni otro, abandonamos la senda balizada y nos dirigimos por otra muy poco marcada dirección sur buscando el camino más cómodo para llegar a Sa Cova Dalt.

Atravesamos una vaguada en la que hay una construcción en ruinas hasta llegar a un cordal. Siguiéndolo en dirección noroeste con la vista puesta en Es Crestall, llegamos a un amplio collado desde donde se intuye la entrada de la cueva a donde nos dirigimos.

Sa Cova de Dalt y Es Crestall

Sa Cova Dalt, situada en término municipal de Tárbena, es una cueva de grandes dimensiones que por sí misma ya merece una excursión. Ha sido aprovechada por el hombre desde la prehistoria por sus excelentes condiciones de habitabilidad.

Accedemos a su interior a través de una gran boca de más de veinte metros de ancho. La sala principal es enorme, tiene 56 metros de largo por 25 de ancho. 

Lo primero que me llama la atención son varias vías de escalada deportiva en su interior, de las que no he conseguido encontrar información. Tienen alrededor de 25 metros -dato que aporto para que el lector pueda hacerse una idea de las dimensiones de la cavidad- y pinta de ser duras.

Recorremos la sala principal en dirección al extremo oriental donde se abre un túnel que conduce a otra sala. A partir de aquí necesitamos iluminación. Santiago, más previsor que yo, saca un frontal de la mochila, por mi parte me tengo que apañar con la linterna del móvil. Desde esta segunda sala nos asomamos a otras dos más pequeñas.

Tras un largo rato en la cueva, que hemos visitado en su totalidad, nos dirigimos a la entrada donde hacemos una parada para almorzar e hidratarnos disfrutando del entorno. 

El descanso es breve y enseguida emprendemos la marcha. Lo primero es subir a Es Crestall a cuya cumbre llegamos después de superar algunas trepas. Nos encontramos a 984 metros de altura y disfrutamos de una excelente panorámica que incluye el Montgó, la Sierra Helada, la Aixortà, la Serrella, Aitana y Bernia. También vemos Els Plans de Aialt cerca de donde se encuentra el Els Arcs d’Atanços a donde es fácil llegar siguiendo el PR-CV 151.

Enlace PR-CV 465 y vuelta

Volvemos sobre nuestros pasos hasta la entrada de la cueva, la pasamos y continuamos monte abajo. Seguimos una senda que rodea la montaña que acabamos de subir para buscar, por su vertiente oeste el punto más alto del Barranc de Almedich. A partir de aquí y hasta llegar al coche todo es bajada.

Pasamos junto a una enorme encina y algo después enlazamos con el PR-CV 465 en el mismo cruce donde lo abandonamos hace un rato. Nosotros continuamos por la izquierda hasta la Font de les Penyes Blanques, pero antes de llegar nos cruzamos con una víbora hocicuda junto a la que paramos un rato tratando de molestar lo menos posible. Aunque pequeño, es un animal hermosísimo.

La ruta sigue descendiendo por la cómoda pista forestal hasta llegar al cruce que nos conduce de nuevo a la Font de Dalt y la Font de Baix. Poco después llegamos al punto de inicio.

Terminó la actividad con un gran sabor de boca. Por una parte la ruta, variada, entretenida y en un entorno extraordinario, y por otra Santiago, un gran compañero de ruta con quien espero volver a coincidir pronto. Ya lo contaré.

¡Hasta la próxima!

Galería de fotos

Mapa de la ruta