Sencillo paseo de baja montaña del que destacan las magníficas vistas y los agradables caminos rurales entre campos y terrazas de frutales, con las sierras de Aixorta y Bernia como telón de fondo. La última parte por asfalto desmerece bastante al resto de la ruta.
La actividad que a continuación reseño, aunque pasa muy cerca de las sierras de Aixorta y sobre todo de Bernia, no la puedo calificar como ruta de montaña. Se trata más bien de un agradable, casi diría exótico, paseo entre terrazas de frutales, campos de cultivo, casas de campo y masías, que por momentos resulta más turístico que montañero.
Pero, aunque en un 95% discurre por pistas o carretera, tiene un tramo por senda de montaña que a raíz de las recientes e intensas lluvias ha quedado muy roto y no es apto para turistas, si para senderistas.
Es precisamente por las citadas lluvias por lo que he querido realizar esta ruta. Como tantos otros he salido en busca de ríos, torrentes, cascadas y saltos de agua, un elemento generalmente escaso en estas latitudes.
La zona elegida es la Marina Baixa, concretamente los municipios de Callosa d’en Sarriá y Bolulla
Comienzo a caminar en la parte alta de Callosa donde tomo la senda balizada PR CV-49 que sigue el conocido como Camí Vell de Bolulla.
La ruta discurre por campos de frutales entre los que destacan los aguacates, naranjos y sobre todo nísperos -que tienen en esta zona su propia denominación de origen protegida-.
El agua, que cubre el suelo con entre uno y dos dedos, cae a raudales desde las terrazas y forma pequeñas pero continuas cascadas por las paredes de piedra. Algunas acequias han rebosado.
Un vaivén de subidas y bajadas conduce a una zona llana y poco después, tras un desvío por una pista a mano izquierda, la vista se abre al Castillo de Garx y las montañas que lo rodean. Entre esas paredes calizas se encajonan los barrancos de la Fonteta y Pas Tancat. Una preciosa casa de campo destaca en medio de este lugar de postal.
Me desvío a la derecha por una estrecha senda -único tramo de la ruta que no discurre por pista- cuyos primeros metros han sufrido un desmonte a causa de las fuertes lluvias y que presenta un par de metros delicados. No obstante, imagino que el terreno se irá asentando y dentro de no mucho volverá a ser un camino practicable.
El desvío está señalizado con una piedra en el suelo en la que está pintado Bolulla, y que por poco no veo.
Bajo por el estrecho camino y tras 500 metros llego a otra pista muy cerca del primer salto de agua, la Font del Salt. El agua cae con fuerza formando una hermosa cascada. Me recreo con las vistas, no solo de la cascada, también del valle salpicado de masías y campos de frutales.
Continuando por la pista llegó a Bolulla. Cruzo el casco urbano y me dirijo a la Font de Renyinyosa, situada muy cerca del pueblo y perfectamente señalizada.
Al ser posible llegar hasta ella en coche se encuentra repleta de turistas que han venido a verla en todo su esplendor.
Normalmente el agua de esta cascada cae a una pequeña balsa o pileta y a través de unas canaletas se vierte al río. Pero hoy, no es sólo que la balsa se ha desbordado, además, la propia cascada cae con tal fuerza que lo hace mucho más allá de la propia balsa.
En consecuencia no es posible cruzar al otro lado de la misma -al menos no sin peligro de ser arrastrado por la corriente río abajo-, cosa que en su estado normal sí lo es.
Hago un par de fotos y continúo mi camino en dirección a las Fuentes del Algar.
Nuevamente me veo rodeado de montañas, terrazas de frutales y masías. Únicamente algún cultivo bajo plástico desmerece al resto de este maravilloso paisaje.
Llego a un cruce que a mano derecha se dirige a las fuentes del Algar y aunque ese es mi siguiente destino, lo tomo en sentido opuesto. Y es que me quiero acercar al riuet de Sacos para ver cuánta agua lleva. Cuando hice la ruta a Bernia por Pas dels Bandolers era una rambla seca y hoy tiene tal cantidad que resulta imposible cruzar.
Una vez lo he visto, vuelvo sobre mis pasos para dirigirme a las fuentes del Algar.
También este turístico enclave está lleno de gente, y también el río baja con una fuerza descomunal. Nunca lo había visto así. Da miedo solo mirarlo.
Trato de acercarme al Estret de les Penyes, pero una rambla torrencial me lo impide.
Aunque me quedo con las ganas de ver esta cascada, he visto otras dos y el río Algar en todo su esplendor, así que ya sólo queda volver a Callosa.
Desde la Fuentes del Algar hay una senda balizada, aunque algo abandonada, que se dirige al casco urbano de este pueblo, es el PR CV-46, lo tomo.
Durante 1.300 metros, justo hasta cruzarse con la CV-715, coincide con la carretera CV-7531.
Al llegar a la carretera principal (CV-715) veo la continuidad del camino por el lateral del cementerio. Allí me dirijo. El camino es bonito y solitario, pero cerca de mi destino llego a un barranco por el que baja el agua con mucha fuerza y no me atrevo a cruzar.
Me toca dirigirme de nuevo a la carretera para, siguiéndola, llegar a Callosa donde termina la ruta. Este tramo por asfalto resulta monótono y poco atractivo, además, al contrario que el anterior no lo tenía planificado, así que, aunque me ha gustado mucho la ruta, tanto asfalto me ha dejado un mal sabor de boca.
De hacer la ruta de nuevo modificaría la vuelta desde las Fuentes del Algar para evitar el asfalto, es una ruta que merece un final mejor.
Galería de fotos
Mapa de la ruta
Resumen de la actividad
Entorno y medio | |
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Marina Baixa | |
Callosa y Bolulla | |
Cielo despejado y sin viento. Temperatura agradable | |
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