El Portell, más conocido como Tajo de Roldán, es el punto más característico y con personalidad del Puig Campana. Pero llegar hasta él no es tarea fácil. Exige trepas de hasta III grado y encontrar el camino correcto en un intrincado laberinto de rocas.
La actividad que a continuación reseño asciende al Pic Prim desde la Font del Molí, pasa por el Portell, la cima de Puig Campana y vuelve al punto de inicio siguiendo el PR-CV 289 por la Font de la Solsida y la Cova del Cremat.
Se trata del tipo de ruta de montaña que más disfruto, en la que al gran desnivel hay que sumar trepas y soltura en terreno escarpado. Ni que decir tiene que no es una actividad para todos los públicos, está reservada a montañeros o senderistas experimentados. Además exige un rápel para bajar desde el Portell al Carreró.
Manu, que es quien me acompaña, es un incondicional de este tipo de actividades. Con él he hecho varias ascensiones similares a ésta, como la subida al Peñón Divino por la pared sur, el Gran Espolón de la Alcazaba, la cresta de la Pez, y alguna otra algo distinta como Balaitus por la Brecha de Latour o la Gran Facha.
Ascensión al Pic Prim, El Portell y el Puig Campana
El Puig Campana, situado a menos de 8 kilómetros en línea recta del Mediterráneo, es el segundo pico más alto, aunque el más icónico de la provincia de Alicante. Su ascensión es obligada para todo montañero o senderista de Levante y muy recomendable a cualquiera que visite la zona.
Tiene dos cumbres claramente diferenciadas, la cima o Pic Gros (1.406 m), situada al noreste que es vértice geodésico de segundo orden, y el Pic Prim (1.303 m) situado al suroeste. El collado que las separa, donde nace El Carreró, recibe el nombre de Bancal del Moro.
El Pic Prim, punto culminante de una vertiginosa pirámide caliza recortada en todas sus vertientes, tiene un corte en forma de U de cuarenta metros de ancho por cincuenta de alto, es El Portell o Tajo de Roldán, una brecha rodeada de leyendas y cargada de misterio.
La más popular es la del gigante Roldán que habitaba estas montañas y cuya vida era triste hasta la aparición de una joven de la que se enamora. Sin embargo, la alegría desaparece cuando descubre que la vida de la chica depende de la luz del sol. Cuando el día llega a su fin, corre desesperado en pos de los últimos rayos del atardecer que anuncian la muerte de su amada, y quiebra la montaña para dejar paso a la luz que prolonga, aunque brevemente su vida. El trozo de roca arrancado lo lanza al mar, es el islote de Benidorm.
Está leyenda tiene múltiples versiones más o menos similares.
Más recientemente, durante la década de los sesenta del pasado siglo, comenzaron a circular rumores que aseguraban que El Portell había sido realizado siglos atrás por seres de otros planetas y en él había una base extraterrestre.
Sea como fuere, este es el punto que más personalidad aporta al Puig Campana y uno de los objetivos excursionistas de la ruta que nos ocupa.
Acceso
La ruta comienza en Finestrat, en la comarca de la Marina Baixa. Hasta allí llegamos desde Villajoyosa por la CV-759. Si vienes desde Benidorm deberás tomar la CV-767.
Desde el centro del pueblo subimos a la Font del Molí por una pista asfaltada que sale a mano izquierda a la altura del bar El Cantonet. 700 metros después llegamos a la fuente donde habitualmente hay sitio para aparcar, aunque hoy resulta imposible, está todo abarrotado de coches. La pandemia y las restricciones de ocio nocturno que estamos sufriendo, hacen que la gente busque alternativas y la montaña parece ser una de ellas.
Afortunadamente, algo más arriba encontramos un hueco.
Ruta excursionista
Comenzamos a caminar por la carretera que traíamos hasta un puente que sortea un canal tras el cual hay varios postes. Por una parte están los de las rutas balizadas PR-CV 13 y PR-CV 289 que continúan por la izquierda siguiendo el conocido como Camí de la Serra. Por otra el del Kilómetro Vertical que sube monte arriba con la silueta del Puig Campana de fondo. Seguimos este último camino.
Algo más adelante, vemos un segundo poste del Kilómetro Vertical que también seguimos. La ruta continúa en ascenso por la ladera del Puig Campana en dirección al Carreró (la pedrera) con el barranc de les Marietes a nuestra izquierda.
Una vez en el Carreró, tratamos de seguir el camino que, al menos hasta la mitad del barranco continúa por la derecha. No sólo es más cómodo, además evitamos erosionar la ya degradada pedrera.
Tras superar 800 metros de desnivel, cruzamos la pedrera y nos desviamos a los contrafuertes de la izquierda para tomar el camino de bajada del Espolón Central del Puig Campana (y otras muchas vías del sector) que vamos a recorrer en sentido contrario. Un gran punto rojo en la pared sirve de referencia visual.
Hasta aquí hemos venido acompañados por un montón de grupos, pero a partir de este punto vamos a disfrutar de completa soledad.
Antes de acometer el primer resalte rocoso nos ponemos los arneses como medida cautelar, pues no sabemos si tendremos la necesidad de asegurar algún paso.
Comenzamos las trepas superando este resalte de tercer grado y cinco metros de altura que exige el uso de las manos. Me llama la atención un cable de acero que la última vez que pasé por aquí en junio de 2017, después de hacer una escalada nocturna al Espolón Central no estaba. Tiene pinta de ser muy reciente e imagino que lo habrá instalado algún guía con intención de subir por aquí de forma segura a sus clientes. Puesto que está nos aseguramos a él.
Esta primera parte no tiene pérdida pues los cables de acero muestran la ruta a seguir. Sin embargo los cables desaparecen a la altura de un parabolt que intuyo es la última reunión de la vía Josefa. Continuamos por la ruta de bajada del Espolón Central hasta llegar a otros cables que se notan más antiguos que los anteriores, estos son los que siempre he conocido de la bajada del Espolón Central.
Nos han surgido dudas, no vemos clara la subida y decidimos volver sobre nuestros pasos hasta un espolón en el que cambiamos de dirección, íbamos hacia el suroeste y a partir de aquí vamos al norte.
Varias madejas de cable tiradas por el suelo nos indican que a partir de aquí aunque no hay cable de seguridad, probablemente esté la próxima vez que subamos.
Echamos la vista atrás y vemos a un chico que está haciendo la misma ruta que nosotros. Se llama Nacho, viene solo, es de la Vila y también es su primera vez por aquí. Continuamos los tres juntos subiendo a plena pendiente haciendo trepas y superando resaltes hasta ver El Portell que a corta distancia impresiona. Poco después llegamos al Pic Prim.
Yo ya había estado aquí hace años, fue la primera vez que escalé el Espolón Central, sin embargo en aquella ocasión había niebla y el aspecto de la montaña, aunque igual de espectacular, era bien diferente. Hoy nos permite disfrutar de las vistas y de una perspectiva de la cumbre principal del Puig Campana poco habitual.
Tras un rato y alguna foto emprendemos la bajada al Portell. El lugar, con sus dos paredones verticales de 50 metros a cada lado enmarcando la Sierra de Aitana es grandioso, desde luego tiene magia.
Tras alguna foto de rigor emprendemos la bajada por una pedrera buscando la instalación de rapel situada al este del Portell.
Este rápel lo forman dos reuniones de 10 y 20 metros respectivamente. Nosotros hemos traído una cuerda de 60 metros, así que hacemos un único rapel desde la primera que llega justo hasta abajo. No obstante, destrepar hasta la segunda reunión es aparentemente sencillo.
Tras el rapel, y siguiendo unos hitos llegamos al Carreró donde nos despedimos de Nacho que se vuelve a la Font del Molí. Nosotros continuamos nuestra ruta en dirección al Bancal del Moro aunque antes de llegar nos desviamos a la derecha para seguir la ruta normal a la cumbre del Puig Campana.
La soledad de la que hemos disfrutado en el Pic Prim y el Portell se ha terminado y al llegar a la cima nos encontramos con docenas de personas repartidas a su alrededor. Jamás había visto semejante cantidad de gente aquí arriba, y eso a pesar de que sopla un viento frío e intenso.
Aunque las vistas -que incluyen la Sierra de Aitana, la Sierra Serrella, la Aixorta, el Ponoig, la Sierra de Ferrer, la Sierra de Bernia, el Peñón de Ifach, la Sierra Helada, el Mediterráneo, el Cabeçó d’Or y el Maigmó– son espectaculares, para nosotros son conocidas y con semejante gentío no nos apetece parar.
Volvemos al Bancal del Moro, buscamos un sitio cómodo y resguardado del viento, y ahora sí nos sentamos lejos de la muchedumbre a comer, beber y descansar un rato disfrutando del entorno.
Tras un rato de relax emprendemos la bajada por la cara norte siguiendo la senda que es, sobre todo al principio, algo delicada pero poco a poco cada vez más cómoda. Dejamos a la derecha el pozo nevero de la umbría del Puig Campana que está a un par de minutos de la senda, y poco después llegamos a una pista forestal.
En la pista y antes de llegar al Coll del Pouet un poste nos indica el desvío a la Font de la Solsida a mano derecha. Aunque la vuelta por aquí es algo más larga que rodeando la montaña en sentido contrario, lo preferimos por dos motivos: El primero es que estamos seguros que por aquí vamos a cruzarnos con menos gente; el segundo es que es una ruta que no visitamos tan a menudo.
La Font de la Solsida no tiene agua, de hecho es raro que la tenga, pero no hay nadie y el lugar, presidido por una enorme enredadera de 15 metros de altura que el ayuntamiento de Finestrat ha catalogado como monumental, es muy agradable, así que hacemos una última parada.
Desde la fuente, el sendero rodea el Puig Campana por su cara sur ofreciendo buenas vistas del Peñón de Ifach, el Morro de Toix y la Sierra Helada.
Pasamos por la zona que se quemó en 2009. Me llama la atención lo tremendamente tupida que está, una masa verde de monte bajo y pinos cubre por completo la falda de la montaña.
Antes de llegar al coche pasamos por la Cova del Cremat y la Foia Cac, desde donde tenemos ocasión de ver, completamente de frente, el Tajo de Roldán donde hemos estado hace unas horas.
Finalmente, tras casi siete horas y media de actividad llegamos al coche. Ha sido una ruta exigente y disfrutona que no vamos a olvidar, y es que el Puig Campana es un terreno de juego perfecto para los deportes de montaña.
Galería de fotos
Mapa de la ruta
Resumen de la actividad
Entorno y medio | |
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Marina Baja de Alicante | |
Puig Campana | |
Espacio natural protegido | |
Despejado. Viento en cotas altas | |
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