Senderismo en la Sierra de Segura. Huelga Utrera – Cueva del Agua – Piedra Dionisia – Charco del Humo

Ruta senderista de Huelga Utrera a Piedra Dionisia que pasa por la Cueva del Agua y el Charco del Humo, y que recorre tramos de enorme valor ambiental en el curso alto del río Segura. Es junto a la del río Borosa una de las excursiones más interesantes del Parque Natural de Cazorla Segura y las Villas.

Ayer visité el Paso de la Viga y Poyo Gavilán en una preciosa aunque corta ruta senderista desde Prado Maguillo. Cuando terminé me acerqué hasta Huelga Utrera donde empieza la ruta que me dispongo a recorrer.

Las indicaciones para ir en coche de Prado Maguillo a Huelga Utrera son las siguientes: Dirigirse a Venta Rampias e incorporarse a la carretera JF-7038 que une ésta aldea con La Toba. Después de 5 kilómetros circulando por esta comarcal tomar un desvío que sale a mano derecha y se dirige a Huelga Utrera.

Cruzar el río Segura y tras un kilómetro y medio habremos llegado a la plaza de la aldea donde hay un hermoso nogal y una fuente con buen caudal. 

Aunque este es el punto de inicio de la ruta a la Cueva del Agua, hay varios carteles del ayuntamiento de Santiago-Pontones recomendando aparcar más abajo ya que aquí apenas hay espacio y son muchos los excursionistas que recorren esta ruta. Aparcando en el lugar indicado, donde hay sitio de sobra para varios vehículos, se evitan atascos y molestias a las personas que viven aquí.

Ruta de senderismo a de la Cueva del agua, Poyotello, Piedra Dionisia y Charco del Humo

Comienzo a caminar temprano desde un vado junto al río Segura situado más abajo de Huelga Utrera, muy cerca de la junta de los ríos Segura y Madera.

Al llegar a la aldea de Huelga Utrera me dirijo a la fuente de la plaza y relleno la cantimplora.

Aquí empieza el sendero de pequeño recorrido PR-A 195 que voy a seguir hasta Poyotello. Lo tomo por una amplia pista que se dirige a las huertas («huelgas») siguiendo la garganta del Segura.

A mi derecha hay terrazas con nogales, chopos y frutales que visten los primeros colores del otoño, y hacen de ésta una de las rutas más vistosas y coloridas del espacio protegido.

Aún no ha amanecido y me cruzo o veo en la distancia gamos, ciervos, jabalíes y ardillas. La relativa facilidad con que se ven animales salvajes en las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas es uno de los atractivos de este espacio protegido. Las mejores horas son la primera y última del día.

El carril que sigo termina un kilómetro y medio después de su inicio para convertirse en una hermosa y cómoda senda de montaña. 

Dejo una trocha de pescadores a la derecha y comienzo un suave ascenso que conduce a un mirador con vistas a los saltos de agua y el cañón del Segura. A su lado se abren huertas con frutales, nogales, chopos y arces. La proximidad del otoño se nota en el color de los árboles de hoja caduca.

Desciendo del mirador para llegar a unos impresionantes paredones verticales horadados por oquedades y cuevas, junto a los que abundan avellanos, escaramujos, arces, sabinas y quejigos.

Continúo el camino ascendiendo entre huertas hasta llegar a una bifurcación en una planicie. Tomo el camino de la izquierda para dirigirme a la Cueva del Agua. De bajada tomaré el de la derecha que conduce al Charco del Humo.

Antes de llegar paso junto a unas paredes salpicadas de oquedades por las que caen pequeños pero abundantes hilos de agua, el lugar es mágico. Poco después está la Cueva del Agua.

Cueva del Agua

Esta cueva, parcialmente cubierta de agua -aunque según he leído en épocas de sequía puede no haberla-, impresiona por sus dimensiones y belleza. El caudal, que mana de su interior, aunque es abundante se pierde por completo adentrándose entre profundas oquedades bajo el suelo.

Una de las ventajas de madrugar es que puedo disfrutar de este hermoso cobertizo natural, que en el pasado fue refugio de ganado y al que ahora solo nos acercamos senderistas y viajeros curiosos, en completa soledad. Dice Juan Carlos García Gallego en su libro Excursiones por el sur España – II que es “capaz de refugiar 800 cabezas de ganado”, desde luego es enorme.  

Paseo por su interior aunque no me entretengo demasiado. Me hidrato y continúo la ruta hacia Poyotello situada un kilómetro y medio más adelante.

La senda, cuyo firme está algo roto, serpentea en continuo ascenso y cruza un pequeño barranquillo antes de llegar a un altiplano donde se encuentra la aldea.

Esta es la parte más dura del PR-A 195, no obstante, la continuidad a Piedra Dionisia es algo más exigente.

Poyotello

Poyotello se sitúa en un calar y es un balcón natural con vistas privilegiadas sobre el cañón del Segura. Me siento en un banco a la salida de la aldea junto a una fuente para descansar, comer y beber antes de emprender la última parte de la subida.

La continuación de la ruta carece de sendero. A ratos hay alguna trocha o querencia de cabras y animales, pero poco más. Sin embargo la orientación es evidente, basta con acercarse a los cortados que hace un rato vi desde el mirador y junto a cuya base he caminado cuando me dirigía la Cueva del Agua, y seguir por el filo en dirección noreste.

Empiezo a oír tiros que rompen por completo la paz del lugar. Se trata de cazadores apostados por el calar a los que no puedo ver, pero cuyos tiros escucho muy cerca.

Entiendo que la caza esté regulada en este espacio protegido ya que de otro modo los grandes ungulados se expandirán sin control, pero esto no evita el corte de rollo. 

Además, las nubes suben del valle y a ratos me ocultan, así que camino preocupado confiando en que no se equivoquen y piensen que soy una pieza de caza o erren el tiro.

Cuando llego a una gran piedra que destaca sobre el resto y tras la que hay un alambre de espino decido dar la vuelta. Me hubiera gustado llegar a Piedra Dionisia, de la que me encuentro a menos de un kilómetro, pero no estoy a gusto.

Vuelvo a Poyotello y ahora sí, veo a los cazadores y sus perros que al igual que yo se dirigen a la aldea. Sin embargo, ellos la rodean por el monte a media altura y yo me dirijo a las casas.

Hago una segunda parada en el mismo banco e intercambio algunas palabras con unas señoras que viven aquí. Me sorprende ver lo animado que está el pueblo, supongo que aprovechando que el martes es festivo habrá venido gente a disfrutar del fin de semana en la sierra. 

Me despido y vuelvo sobre mis pasos a la Cueva del Agua donde ahora me cruzo con un pequeño grupo de senderistas. 

Antes de regresar a Huelga Utrera me acerco al Charco del Humo cuyo acceso se encuentra siguiendo el desvío en una planicie que ignoré cuando hacía ruta de subida.

Desciendo hasta el Segura y tras cruzar un puente de madera sobre el río no tengo claro si debo continuar a izquierda o derecha. Tiro a la izquierda y me encuentro con dos chicas que van a Pontones y que me indican que el Charco del Humo está en sentido opuesto. Allí me dirijo.

Charco del Humo

El nombre de Charco del Humo intuyo, aunque no lo he confirmado con nadie, que se debe a un charco que hay frente a una caudalosa cascada del Segura. Ésta en su caída genera una neblina de minúsculas partículas de agua que se precipitan sobre una roca cóncava creando el citado charco. La verdad es que es pura especulación, pero tiene todo el sentido.

¡Ojo! Bajar hasta este charco es delicado y comprometido ya que hay que hacer un pequeño destrepe sencillo, pero con piedra suelta y sin posibilidad de error. Ante la duda, mejor observar desde arriba.

Me recreo en este impresionante lugar y recorro la ribera del río que baja con fuerza, antes volver tranquilamente hasta Huelga Utrera por el camino por el que he venido. A la ida he caminado en completa soledad, sin embargo, ahora me cruzo con varios grupos de senderistas y turistas.

Al llegar a Huelga Utrera doy una vuelta por la aldea con la esperanza de encontrar un bar, pero los paisanos me informan que el único en la zona se encuentra en La Toba, así que vuelvo al coche donde doy por terminada la ruta y me dirijo para allá.

Acabo de recorrer una de las rutas más bonitas de la Sierra de Segura y lo he hecho en la que probablemente es la mejor época del año para hacerlo, el otoño. Aldeas serranas, feroces gargantas, bosques de ribera, pinares, huelgas… Esta impresionante ruta entre Huelga Utrera y Poyotello tiene absolutamente de todo. Una excursión imprescindible que recomiendo a todo aquel que visite el Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas.

Galería de fotos

Mapa de la ruta