Pico Tendeñera desde el refugio de Sorrosal con esquís de montaña

La Sierra de Tendeñera, prolongación natural de su hermana gemela, la Sierra de Partacua, se extiende paralela al eje axial de Pirineos entre el embalse de Búbal y el valle de Bujaruelo, una ubicación que la convierte en un privilegiado mirador natural sobre los tresmiles más occidentales de la cadena montañosa. En la ruta con esquís de travesía que a continuación relato, ascendemos a su punto más elevado, el pico Tendeñera de 2.853 metros de altura, por la vertiente sur, recorriendo el alto barranco de Sorrosal.

Esta ruta de esquí de montaña al pico Tendeñera, se gesta, sin yo imaginarlo, hace más de tres años.

Aún no había sufrido la lesión de tobillo que me ha tenido fuera de juego más de año y medio, cuando mi tío Siso, ingeniero de caminos jubilado, me pide un favor que hago con gusto. Meses después y como gesto de agradecimiento me regala un fin de semana con Garo Azkue -guía de alta montaña en Mendiak eta herriak e ingeniero de caminos, que fue su socio y ahora es amigo-, para hacer la actividad que elija. Pero tengo que esperar más de un año hasta recuperarme del tobillo y poder disfrutar de tan ansiado regalo, el mejor que creo haber recibido nunca.

Durante este tiempo hablo con Garo en varias ocasiones: al principio, para posponer la salida, y año y medio después, cuando me vuelvo a ver en condiciones, para decidir la actividad. Es en la última llamada cuando le digo lo que quiero hacer (esquí de montaña un día y alpinismo otro). Él se encarga de pensar las rutas buscando las mejores condiciones de nieve. También de encontrar a un compañero, Mikel, a quien conoceré directamente en Pirineos.

Pico Tendeñera por la vertiente sur con esquís de montaña

Por fin llega el día de la salida. El viaje de Alicante a Pirineos es largo, y en soledad algo pesado, pero la emoción por las dos actividades que tengo por delante, el Pico Tendeñera con esquís el sábado y la escalada del corredor oeste de la Peña de Otal el domingo, hacen que las horas pasen rápido.

Me reúno con Garo y Mikel en Sabiñánigo desde donde vamos directos al valle de Bujaruelo. Allí dejo el coche, lo recogeremos el domingo cuando bajemos de la Peña de Otal. 

Antes de poner rumbo al refugio hacemos una parada en Linás de Broto, localidad aragonesa perteneciente al municipio de Torla-Ordesa que parece sacada de un cuento.

Llegada al refugio de Sorrosal

A última hora de la tarde, tras remontar el barranco de Sorrosal, llegamos a Soaso de Linás, una explanada donde se encuentra el refugio libre de Planas d’Abozo, más conocido como refugio de Sorrosal. Aquí vamos a pasar las próximas dos noches, ya que gracias a su estratégica ubicación es un excelente campo base para nuestros objetivos de mañana y pasado mañana.

Esta antigua cabaña de pastores, rehabilitada como refugio libre en 2018, cuenta con un dormitorio común para diez personas, una sala con chimenea que sirve de comedor, iluminación mediante placas solares y una captación de agua de lluvia no tratada.

Nos instalamos, cenamos, ajustamos los equipos y nos aseguramos de que todo esté listo para la jornada siguiente, mientras charlamos y compartimos consejos y anécdotas de actividades pasadas. Luego, nos vamos a dormir. 

Del refugio de Sorrosal al Pico Tendeñera

La idea es hacer cima lo antes posible para evitar que la nieve sufra mucha insolación y transforme más de la cuenta, así que, antes de que amanezca comenzamos a caminar. 

No ha sido un año generoso y el manto blanco es escaso, por lo que nos toca portear los esquís hasta llegar a la primera lengua de nieve. A partir de aquí, foqueamos por una amplia vaguada con las paredes de la Sierra de Tendeñera como telón de fondo.

Cuando estamos próximos a las murallas rocosas cambiamos rumbo a noroeste para salvar un collado en el que el viento me hace dudar de nuestras posibilidades de alcanzar la cumbre.

Mikel ha partido uno de sus bastones, así que paramos detrás de una loma orientada a sotavento para intentar arreglarlo. Aprovechamos el merecido descanso en este llano protegido del viento para comer algo e hidratar.

Continuamos hasta salir a un circo donde el viento, tal y como preveían los modelos, ha cesado por completo. Frente a nosotros la antecima se recorta sobre el azul del cielo.

La pala somital que empieza siendo suave gana poco a poco inclinación hasta superar, en la zona más alta los 35°, por lo que avanzamos haciendo zetas y separados para evitar que un posible alud nos arrastre a todos.

Cuando llegamos a la arista cimera, Mikel, que ha tenido una subida algo penosa por culpa de los bastones, decide esperarnos.

Garo y yo continuamos hasta el filo donde dejamos los esquís para continuar a pie. Llegamos a la conocida como “cima de esquís”, donde dependiendo de las condiciones de la nieve muchos montañeros dan por finalizada la ascensión.

La rampa final es inclinada al principio y afilada y expuesta después, pero hoy las condiciones son buenas, así que, sin necesidad de crampones y animado por Garo, que va preparando el terreno, recorro concentrado y tenso los metros que nos separan de la cima real.

Llegamos a la cumbre del Tendeñera, a 2.853 metros de altura, un magnífico mirador natural sobre los tresmiles más occidentales de los Pirineos. Agradezco profundamente a Garo el haberme animado para subir estos últimos y delicados metros. 

El descenso

Volvemos hasta nuestros esquís y emprendemos la bajada. 

La primera pala, con nieve primavera, es una delicia, sin duda lo mejor de la jornada, pero según descendemos se encuentra más y más transformada, al final es húmeda y pesada. Me hubiera gustado haber esquiado lo suficiente esta temporada -solo he hecho el Puntal de Loma Púa– para tener la buena forma que este deporte exige.

De vuelta en el refugio de Sorrosal, cansados pero contentos, nos sentamos fuera para disfrutar del atardecer, compartir algo de comida y repasar la jornada. 

Con las últimas luces del día me acerco con Garo a un bosque cercano para coger leña de cara a poder disfrutar de la chimenea esta noche. 

Aunque ha llegado una pareja que hará noche en el refugio, y la soledad es de lo mejor de estos sitios, disfrutamos de la cena y una agradable sobremesa.

Al igual que ayer, nos vamos pronto al saco ya que mañana también madrugaremos para ir al Pico Otal, pero eso lo cuento en el próximo artículo.

Galería de fotos

Mapa de la ruta