La idea de ir a escalar a la Sierra de Toix fue de Raúl, yo en realidad no estaba muy convencido ya que el día era ventoso y frío, y creí que estaríamos muy expuestos a los elementos. Valoramos tres posibles vías dependiendo del viento: El Espolón Limaban, la Cilber y la Magical Mystery Tour. Queríamos mostrar a Manolo de los Carrozas Climbing un terreno de juego que conocíamos y donde él nunca había escalado antes, ya que cuando escalamos con ellos siempre nos enseñan nuevos lugares y esta era una buena ocasión de corresponder, aunque a un solo miembro de este grupo de escaladores.
Los componentes del equipo éramos Raúl, Sergio (que tampoco conocía la zona), Manolo y yo. Una vez llegamos al aparcamiento vimos que la vía más adecuada era la Magical Mystery Tour. Recibía los rayos del sol y estaba protegida del viento, además era la primera opción que valoramos por ser la más original y la que tiene más ambiente. Así que, tras preparar el material nos dirigimos a los rápeles previos a la vía.
Es una vía que ya conocía pues la escalé hace ya más de un año. Puedes leer la reseña completa de aquella escalada aquí. En aquel entonces me gustó mucho y en esta ocasión ha sido igual. No es una escalada muy complicada y tampoco es larga, en realidad solo tres de sus cinco largos merecen la pena, el resto son una mera transición para llegar hasta ellos. Eso sí, esos tres largos son soberbios, en un entorno sin igual y con el mar literalmente a tus pies. La vía está equipada con químicos en los tres últimos largos y uno aislado al comienzo, y aunque aparentemente están en muy buen estado, recientemente leí en Desnivel que no conviene fiarse mucho de los seguros fijos en las vías junto al mar.
Una de las curiosidades de esta vía es que antes de comenzar a escalar debemos hacer un impresionante rapel. El rapel pasa junto a unas escaleras, en la primera parte pegadas a la pared y luego voladas, testigos de la historia reciente de la costa alicantina.
Y tras esta lección de historia volvamos a la escalada que es de lo que trata este blog. El rapel, de unos 45 metros, impone y nos da una idea del valor de nuestros antepasados que descendían por este mismo lugar sin los modernos sistemas de anclaje que nosotros usamos. El primero en bajar fue Manolo, le siguieron Raúl, Sergio y por último yo.
Una vez en el pie de vía hicimos dos cordadas Raúl y Sergio, y Manolo y yo que fuimos los que comenzamos la escalada. La vía, que se encuentra a escasos metros del mar, sale hacia la izquierda (mirando a la pared) en travesía completamente horizontal. Un paso de III, protegido con un químico, es la única dificultad que nos encontramos hasta prácticamente el final del segundo largo donde hay un par de pasos más, también de III.
Es a partir del tercer largo cuando comienza la diversión. Aunque continuamos en travesía horizontal es ligeramente más complicado (IV) pero sobretodo tiene un ambiente tremendo ya que hay que exponerse completamente al vacío y lo que vemos 15 metros bajo nuestros pies es el mar. Bordeamos un resalte y evitando la tendencia natural de subir continuamos la travesía hasta una reunión volada en una gran cavidad.
El siguiente largo cambia completamente de dirección y sale hacia la derecha buscando un espolón muy marcado que superamos ya en escalada vertical hasta llegar a otra pequeña cavidad donde está la reunión. También tiene mucho ambiente.
El último largo, es el de mayor longitud (40 m) y también el más difícil (V/V+). Vuelve a salir hacía la derecha para situarse en la base de un pilar que hay que bordear por la izquierda. Aquí está el paso más delicado (V+), una vez superado llegamos a una repisa. Justo encima hay un diedro que se supera bastante bien por la derecha aunque exige exponerse nuevamente al vacío. También se puede subir directamente por una fisura que hay dentro del diedro, pero aprieta algo más.
Una vez arriba esperé a mis compañeros, recogimos el material y volvimos muy satisfechos y contentos al coche. Habíamos acertado con la zona y con la vía.
Me gustó mostrarle a un Carroza una escalada que no conocía y coincidir con Sergio que, aunque estudia en Madrid y le vemos poco, cada vez que viene a levante nos llama. Con Raúl, último componente del equipo, escalo desde este verano pero últimamente es con quién más lo hago y me siento muy a gusto ya que tenemos una manera de entender la montaña bastante similar.
Galería de fotos
Mapa de la ruta
Resumen de la actividad
Entorno y medio | |
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La Marina Baixa | |
Sierra del Toix | |
Cielo despejado y viento, protegidos en la pared | |
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