El Torcal de Antequera, situado en el centro de Andalucía en la provincia de Málaga, es uno de los paisajes kársticos más impresionantes de Europa. Famoso por sus formaciones rocosas únicas y su biodiversidad, es Patrimonio Mundial de la Humanidad de la Unesco.
Voy a pasar unos días de vacaciones en Andalucía descubriendo algunos rincones naturales de Málaga, Sevilla, Cádiz y Huelva. Es uno de esos viajes en solitario que tanto disfruto y que hago con cierta regularidad. Durante el que hice el año pasado conocí, entre otras cosas, el Parque Nacional de Cabañeros, su emblemático Rocigalgo y Monfragüe en un día. Este año he decidido visitar Andalucía occidental, una región con una riqueza natural y paisajística que promete grandes momentos.
Mi primera parada es el Torcal de Antequera, un lugar en mi lista de pendientes desde hace tiempo, por su singularidad y su fama como uno de los paisajes kársticos más originales de Europa.

El viaje desde Alicante es algo movido. Al entrar en la provincia de Almería, recibo un aviso rojo en mi móvil por precipitaciones, lo que me tensa bastante porque tengo muy presente la reciente DANA que ha asolado Valencia y Albacete hace apenas cuatro días. Hasta que no llego a Granada, cuando el sol aparece entre las nubes, no vuelvo a estar tranquilo.
El Torcal de Antequera
El Torcal de Antequera, moldeado durante millones de años por la erosión, tiene un paisaje que parece de otro planeta. Ésta singularidad lo convierte en un lugar muy turístico y en días como hoy, con mucha afluencia, cierran cuando se llena, el acceso al aparcamiento del Centro de Visitantes Torcal Alto y hay que dejar el coche en el aparcamiento inferior, junto a la carretera.
Se me presentan tres opciones para llegar al inicio de la ruta amarilla que es, teniendo en cuenta el tiempo de que dispongo, la mejor opción para conocer el Torcal. Una es utilizar el autobús lanzadera que cuesta 2 euros por persona ida y vuelta. Es un modo que resta libertad de movimientos ya que hay que estar pendiente de los horarios de vuelta.
Otra posibilidad es subir a pie a través de la ruta naranja de 3,7 kilómetros (solo ida). Teniendo en cuenta que son las 14:00h y que en esta época del año los días son muy cortos, me voy a ver muy justo para recorrer con tranquilidad la ruta principal que he venido a conocer, así que también desecho está opción.
Por último, puedo, tal y como me explica el chico que controla el acceso, esperar a las 14:00h, cuando volverán a abrir la barrera, y subir entonces. Son las 13:50h, así que me decanto por esta última posibilidad.
Espero hasta la hora indicada, cruzo el control de acceso y subo el aparcamiento del Centro de Visitantes Torcal Alto. Aquí dejo el coche y comienzo a caminar siguiendo la ruta amarilla.
La ruta amarilla del Torcal de Antequera
Tomo la senda balizada en sentido antihorario hacia la Hoya de los Arregladeros. Este primer tramo, en el que hay gran densidad de senderistas, da una idea de lo que la ruta depara: pasillos de piedra caliza que parecen laberintos y formas caprichosas que invitan a detenerse e imaginar figuras.
Al llegar a la Hoya de los Arregladeros, el paisaje se abre un poco, permitiendo contemplar con mayor claridad las formaciones más altas y las hendiduras que salpican el terreno.

En este punto la ruta presenta dos posibilidades, en realidad tres. La primera consiste en seguir recto para describir un amplio círculo que permite recorrer lo más extenso de esta ruta.
La segunda sería desviarse a la izquierda y hacer un pequeño círculo que se cierra en el punto de inicio. Es la denominada ruta verde, orientada a aquellos que disponen de poco tiempo o que no quieren caminar.
La tercera, muy similar a la primera que es por la que me decanto, consiste en recorrer la ruta larga, pero en lugar de dibujar un círculo, hacer un ocho, lo que permite explorar el entorno del modo más completo posible.
Me dirijo hacia el muro calizo que forma el Cerro de las Ventanillas, donde me cruzo con una cabra montesa, reina indiscutible de este terreno. A lo largo de la ruta voy a cruzarme con bastantes más.

Paso junto a algunas formaciones rocosas con nombre propio, como El Camello, que se asemeja a este animal. Poco después me adentro en callejones húmedos y estrechos con densa vegetación, donde las rocas crean pasillos naturales que me envuelven. El primero es el Callejón del Tabaco, cuyo nombre se debe a que, según la tradición, era un lugar donde se escondía tabaco de contrabando a principios del siglo XX. Se trata, sin lugar a dudas, de uno de los rincones más emblemáticos de la ruta.

La Jarra y La Botella son otras formaciones junto a las que también paso. Después recorro otro pasillo densamente poblado de vegetación y me cruzo con varias cabras, para llegar nuevamente a la Hoya de los Arregladeros, punto donde cierro el primer círculo del ocho.

Solo me falta cerrar el segundo círculo para llegar al Centro de Visitantes, donde finalizan, tanto la Ruta Amarilla como la Verde. Antes de abandonar el Torcal, me acerco, primero al Mirador de las Ventanillas, un lugar con una bonita panorámica, y después al Tornillo, una formación singular e imagen icónica de este Paisaje Natural protegido.

La Ruta Amarilla del Torcal de Antequera, es un sendero corto pero muy completo, en el que he descubierto, caminando entre callejones de roca, la capacidad de la naturaleza para transformar la roca en arte. Además, he visto formaciones singulares y disfrutado con amplias panorámicas de la zona. ¡Una pasada!
Galería de fotos















Mapa de la ruta
Resumen de la actividad
Entorno y medio | |
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Comarca de Antequera | |
Paraje Natural Torcal de Antequera | |
Espacio natural protegido | |
Cielo cubierto. Temperatura suave | |
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